Las primeras familias iraquíes vuelven a Faluya tras la expulsión de los yihadistas

Tras la expulsión de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) de Faluya, en junio, las primeras familias empiezan a regresar a la ciudad iraquí que tuvieron que abandonar, recibidas con flores por las autoridades y con la esperanza de volver a una vida normal.

"Es como volver a nacer", explica Fawaz Al Kobeissi, de 70 años, cuya familia forma parte del primer grupo de desplazados que pudo volver el sábado a la ciudad.

Su viejo coche blanco sigue delante de su casa, que tuvo que abandonar hace un año. Pero las ventanillas están rotas y las ruedas casi han desaparecido entre la maleza.

La familia de Fawaz huyó de Faluya pocos días después de que los yiahdistas tomaran la ciudad, en 2014, durante la ofensiva del EI con la que conquistó vastos territorios en Irak. Pero él decidió quedarse hasta que en 2015 tuvo que huir a su vez.

"Los combatientes de Dáesh [acrónimo en árabe del EI] se quedaron en este edificio", dice todavía con voz temblorosa, señalando un edificio al otro lado de la calle.

"Viví sólo aquí durante más de un año, fue terrorífico. Finalmente tuve que marcharme. Cerré la puerta con llave y dejé la protección de la casa en manos de Dios", recuerda.

Algunos electrodomésticos los robaron o están rotos pero los muebles siguen en su sitio. La cama de la habitación de Fawaz está hecha y las tazas de café siguen bien apiladas.

La esposa de Fawaz, Um Ahmed, ya se ha puesto a limpiar a fondo la casa, donde los daños más importantes son las ventanas rotas, probablemente por explosiones cercanas.

"Es el día más feliz de mi vida", dice con un gran sonrisa. "Nuestra Faluya no se quedará vacía, ya verá como dentro de una semana la vida habrá vuelto a la normalidad", asegura esta mujer ya mayor.

Sin embargo su optimismo parece poco realista teniendo en cuenta la situación de muchos barrios, donde todavía hay explosivos que dejaron los yihadistas antes de huir.

Las autoridades iraquíes convocaron a numerosos periodistas para la ceremonia oficial de acogida pero por el momento muy pocas familias han vuelto a la ciudad y sólo en los barrios del norte.

Esta zona fue una de las menos afectadas por la ofensiva de las fuerzas progubernamentales iraquíes, que retomaron la ciudad y provocaron importantes daños.

"Aquí la situación es segura, los niños pueden jugar en la calle", afirma un coronel, que no quiere dar su nombre. Sus hombres han marcado con un signo las casas que consideran seguras para que sus familias puedan volver.

El sábado sólo 14 familias volvieron a Faluya, muchas menos de las que habían prometido las autoridades.

En muchas paredes todavía se ven pintadas elogiando el califato del EI y las fuerzas de seguridad siguen en estado de alerta. Durante la ceremonia de acogida los soldados dispararon contra un autobús municipal que habían confundido con un camión bomba.

Según Naciones Unidas, en los últimos dos años cerca de 900.000 personas han podido volver a las zonas reconquistadas al EI.

El gobierno espera que la vuelta de los iraquíes a sus casas contribuya a la reconciliación nacional.

Sin embargo, según Jeremy Courtney, presidente de la oenegé Preemptive Love Coalition, las llegadas del sábado son muchas menos de las esperadas. "Habíamos preparado comida y víveres para 1.200 personas", explicó.

A pesar de todo, las familias que han vuelto están contentas y aunque muchas casas todavía no tienen agua y electricidad, todos están ocupadas sacando el polvo a la televisión o limpiando la bañera.

Es el caso de la hija de Fawaz, que mandó una foto con su teléfono a los vecinos para anunciarles que ya podían volver a pasar por su casa.

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