Fiscales piden "severidad" para Bo en un juicio con aires de melodrama

  • El juicio por corrupción y abuso de poder contra el ex dirigente chino Bo Xilai concluyó hoy con un llamamiento de los fiscales a imponerle una pena "severa", tras cinco días de una vista que hasta el último momento tuvo tintes propios de melodrama.

Paloma Almoguera

Jinan (China), 26 ago.- El juicio por corrupción y abuso de poder contra el ex dirigente chino Bo Xilai concluyó hoy con un llamamiento de los fiscales a imponerle una pena "severa", tras cinco días de una vista que hasta el último momento tuvo tintes propios de melodrama.

La vista se cerró en el Tribunal Intermedio de Jinan (este) sin que se haya emitido un veredicto, que se dará a conocer en una fecha aún por anunciar.

En sus alegatos finales, los fiscales consideran probada la responsabilidad del ex secretario general del Partido Comunista en Chongqing (centro) y reclamaron que Bo sea "castigado seriamente", pues sus delitos son "extremadamente graves" y él no ha admitido su culpa.

"El acusado ha cometido delitos extremadamente graves y ha rechazado admitir su culpa. No hay razones legales para un veredicto compasivo, tiene que ser castigado seriamente de acuerdo a la ley", indicó la acusación, según la transcripción difundida por el tribunal en internet.

En un juicio que había suscitado una enorme expectación, y el primero parcialmente transmitido por internet en China, Bo estaba acusado de aceptar sobornos de los empresarios Xu Ming y Tang Xiaolin por valor de unos 3,5 millones de dólares, así como de haberse apropiado de cinco millones de yuanes (800.000 dólares) de fondos públicos.

En concreto, durante la audiencia se supo que Xu había pagado un chalet que compró en Francia la esposa de Bo, Gu Kailai, así como numerosos billetes de avión, una moto eléctrica y los gastos de la tarjeta de crédito del hijo de la pareja, Bo Guagua.

Pero los cargos más graves que se le imputaban eran los relativos al abuso de poder, que le atribuyen haber intentado encubrir la autoría de Gu Kailai en el asesinato en noviembre de 2011 del empresario británico Neil Heywood, en un escándalo que salió a la luz cuando el lugarteniente de Bo, Wang Lijun, buscó asilo en febrero de 2012 en un consulado estadounidense.

Bo, que a lo largo del juicio ha negado a toda costa los cargos, volvió a rechazarlos en su alegato.

Allí indicó que si originalmente los había aceptado en una confesión, mientras se le investigaba, había sido contra su voluntad y porque tenía "la esperanza de salvar mi membresía en el Partido y mantener mi carrera política".

Y, si en los días anteriores había rechazado como "mentiras" los diferentes testimonios y había llegado a calificar a su esposa -que prestó declaración en un vídeo- de "loca", aportó una explicación digna del mejor melodrama sobre la razón de la huida de Wang Lijun al consulado estadounidense de Chengdu.

"La verdadera razón", según Bo, fue que "como ha confesado él mismo, (Wang) tenía sentimientos ocultos por Gu Kailai. Estaba consumido por estos sentimientos y no podía controlarse. Se lo confesó a Gu Kailai, se lo dijo en una carta".

Durante esa declaración, "aparecí yo de repente", indicó Bo, quien agregó que su antiguo hombre de confianza "conoce mi personalidad. Invadió mi familia, mis emociones más básicas. Es la razón real por la que intentó pedir asilo".

Gu y Wang "tenían una relación muy especial", insistió el antiguo dirigente. "Yo estaba muy molesto al respecto".

Y en su última declaración ante el tribunal, inmediatamente antes de que el juez Wang Xuguan diera la vista por cerrada, el ex dirigente presentó sus disculpas por "no haber manejado bien a mi familia ni a mis subordinados. Pido perdón al Partido y a las masas".

Asimismo, aceptó haber sido negligente en la supervisión de Guagua y a la hora de darse cuenta de la contribución de Xu Ming a sus gastos.

Se declaró dispuesto a aceptar una investigación sobre su responsabilidad parcial a la hora de impeler a Wang Lijun a buscar asilo pero rechazó tajantemente los cargos de corrupción o de intentar encubrir la autoría de su esposa en la muerte de Heywood.

Aunque no se ha anunciado fecha para el veredicto, podría anunciarse en cuestión de semanas o días.

Las autoridades chinas tienen prisa por pasar página en este escándalo, el mayor en la política china en las últimas décadas, dado que a partir de octubre tendrá lugar la reunión anual del Partido Comunista, donde se espera el anuncio de importantes reformas económicas.

Aunque nadie duda de que Bo vaya a ser declarado culpable, la gran incógnita es cuál será su sentencia. Los fiscales pueden haber dado hoy una pista.

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