París, 27 mar.- Francia y China dieron hoy un nuevo impulso a sus relaciones bilaterales, que este año celebran su cincuentenario, con la intención puesta en el incremento de las relaciones económicas y en su trabajo conjunto en asuntos de calado internacional.
El presidente francés, François Hollande, y el chino, Xi Jinping, escenificaron esa nueva etapa en una comparecencia conjunta que pone fin al viaje oficial a Francia que este último inició el pasado martes, en el marco de su primer viaje como jefe de Estado a Europa.
La firma ayer de 50 contratos comerciales por valor de 18.000 millones de euros puso de relevancia el cargado contenido económico de este encuentro, y la voluntad de Francia de ajustar las relaciones comerciales con ese país, en el que su cuota de mercado se limita al 1,18 %, frente al 4,8 % de Alemania.
"Europa debe ser el socio privilegiado de China. El objetivo que tenemos entre los dos países es el reequilibrio (de la balanza comercial) al alza. (...) Francia debe responder mejor a los desafíos de China", dijo hoy Hollande desde el Ministerio de Exteriores.
La balanza comercial bilateral es deficitaria para Francia en 25.800 millones, pero el país no busca solamente nuevos contratos, según su presidente, sino fomentar la inversión conjunta, con acuerdos como el firmado ayer para la entrada en el capital del fabricante automovilístico PSA Peugeot Citroën.
"Se ha dicho mucho sobre el mismo. En China, que es beneficioso para Francia, y en Francia lo contrario, pero todos se equivocan, porque nos permite conquistar mercados juntos", añadió Hollande, para quien esta visita abre un nuevo ciclo en las relaciones diplomáticas lanzadas por el general De Gaulle y por Mao Zedong.
Responsables de 145 empresas chinas desplazadas para la ocasión y representantes de uno y otro país escucharon un discurso en el que Francia y China se congratularon de defender los mismos principios de "equilibrio y defensa de la integridad territorial de las naciones soberanas".
El plan fijado a medio y largo plazo contempla el incremento de la cooperación económica, el refuerzo de sus consultas sobre asuntos internacionales, el aumento de los intercambios humanos y estudiantiles y el mantenimiento de su "apertura", según el presidente chino, para contribuir juntos al crecimiento de la economía mundial.
"Napoleón dijo que China era un león dormido que cuando despertara iba a hacer temblar el mundo. Hoy ese león se ha despertado y es pacífico, simpático y civilizado. China sueña con que cada uno tenga la ocasión de desarrollarse", concluyó Xi, que esta noche cierra su estancia con una cena de honor en el Palacio de Versalles.
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