HRW pide al Polisario más libertades políticas para los saharauis

  • La organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) pidió hoy al Frente Polisario que garantice mayores libertades políticas a los saharauis que viven en los campamentos de refugiados de Tinduf, en el sur de Argelia.

Argel, 18 oct.- La organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) pidió hoy al Frente Polisario que garantice mayores libertades políticas a los saharauis que viven en los campamentos de refugiados de Tinduf, en el sur de Argelia.

Un informe de 98 páginas, presentado hoy en Argel y redactado tras una visita de dos semanas a Tinduf de dos observadores de HRW que disfrutaron de una amplia libertad de movimientos, subraya que "aunque no encontraron pruebas de prácticas sistemáticas de abusos graves, sí identificaron varias áreas de preocupación".

El principal problema es el "monopolio del discurso político del Frente Polisario", partido único, lo que significa que las demás organizaciones están prohibidas y que los medios de comunicación, todos oficiales, no recogen nunca la voz de la oposición, aunque las organizaciones críticas con la dirección del Polisario gozan de cierta tolerancia.

Así, los autores del informe se reunieron sin problemas en Tinduf con jóvenes del Movimiento 5 de marzo (versión local de la Primavera árabe), ilegal pero tolerado, quienes expusieron "la corrupción y el nepotismo" que abundan en la dirección del Polisario.

Los dirigentes polisarios no prohibieron a estos jóvenes ni las reuniones ni la impresión y distribución de panfletos, pero cuando uno de ellos quiso entregar una carta al Enviado Especial de la ONU, Christopher Ross, fue detenido y torturado antes de que lo hiciera.

El informe reconoce que la tortura y los malos tratos no parecen ser sistemáticos, pero critica que los tribunales militares juzguen a veces a civiles, lo que es contrario a la legislación internacional, y que ciertos delitos (como el tráfico de drogas) lleve a sus autores a largos periodos de prisión irregular sin juicio.

También lamenta los casos, aunque aislados, de esclavitud de la población negra saharaui para realizar tareas domésticas o de pastoreo, y subraya además que los casos de graves abusos, muy abundantes antes del alto el fuego con Marruecos en 1991, hayan quedado sin castigo y no haya habido reparación para las víctimas.

El informe no obvia el caso de Mustafa uld Selma, frecuentemente aireado por el gobierno de Marruecos: este disidente del Polisario pasó al territorio marroquí, y cuando regresó a Tinduf para recoger a su familia, fue detenido durante dos meses y luego expulsado. Desde entonces, Argelia (que no ha dado explicaciones a HRW) le niega la entrada en Tinduf para ver a su familia.

En cuanto a la libertad de movimiento dentro de los campamentos, el informe de HRW desmiente una de las líneas de acusación siempre esgrimida por el gobierno de Rabat: que el Polisario mantiene retenidos a los saharauis contra su voluntad en los campamentos y no les permite regresar o viajar al territorio saharaui ocupado por Marruecos.

En este sentido, los numerosos saharauis consultados para el informe, tanto en la parte argelina como la marroquí, han permitido a HRW concluir que "el desplazamiento entre el Sáhara controlado por Marruecos y los campos de refugiados es cada vez más común y se hace sin problemas".

Sin embargo, distinto es el caso para aquellos que quieren viajar más lejos, pues deben solicitar unos "pasaportes temporales" a Argelia que son concedidos a cuentagotas (previo visto bueno de la dirección polisaria) y "generalmente confiscados" por las autoridades argelinas al regreso del viajero a Tinduf.

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