6.000 hectáreas arrasadas

El segundo entierro de Las Hurdes: el fuego quema la recuperación turística

El verano era la esperanza de las zonas de interior, donde el turismo rural cobra importancia para sortear las inclemencias de la agricultura: "La zona está quemada, no hay nada que visitar".

Incendio Sierra Culebra, Zamora
El segundo entierro de Las Hurdes: el fuego quema la recuperación turística.
Emilio Fraile

Extremadura se quema un año más. Los incendios no dan tregua a los veranos en esta comunidad y el fuego ya ha barrido la región de Casas de Miravete y de Ladrillar, en Las Hurdes. Ayer pudieron regresar a sus casas los vecinos de estas diez localidades tras una semana desalojados, pero la tragedia ha impedido el inicio de la temporada de verano en sus trabajos: los hoteles rurales. La comarca cacereña de Las Hurdes cuenta con 5.694 habitantes y, aunque la economía se basa sobre todo en los productos naturales del lugar como la miel, el olivo o el corcho, el turismo rural está cobrando cada vez más importancia como una forma de sortear las inclemencias del clima que dificultan la producción agrícola. Ahora, las llamas han vuelto a enterrar entre sombras una zona marcada por la historia en España y plasmada en el cine y la literatura.

Los seis núcleos poblacionales de Ladrillar, Aceitunilla, Cabezo, Batuequilla, La Horcajada y Riomalo de Arriba coinciden en lo mismo: "Se confirma un verano muy complicado para nuestra única esperanza de supervivencia". Entre las casas rurales del valle, el complejo de turismo rural de Riomalo, en el pueblo de Las Mestas, evacuado por el incendio que se encontraba a solo 10 kilómetros, declara haber sufrido cancelaciones en más de la mitad de las cabañas. No solo se han perdido los beneficios de la pasada semana por permanecer cerradas las instalaciones por el desalojo, sino que para este próximo fin de semana, cuatro de las siete reservas ya se han cancelado argumentando que "la zona está quemada, no hay nada que visitar". 

"El turismo rural es nuestra única forma de sobrevivir al verano y ahora nos hemos quedado sin esperanza"

Estas cancelaciones con tan poca antelación no permiten una reorganización en nuevas fechas y los hoteleros manifiestan pesimismo ante un agosto negro: "Muchas familias tenían reservadas sus cabañas desde mayo y ahora, con esta incertidumbre, nos hemos visto sin nada". Otros alojamientos gozan de más suerte, la Hospedería de Hurdes Reales, también en Las Mestas, informa de que aunque ha habido cancelaciones, también mucha gente se ha solidarizado y ha ampliado su estancia en la zona: "Esperamos que el verano se desarrolle con normalidad, no esperamos una mala temporada". 

Los hoteleros transmiten tranquilidad pues el incendio ya ha pasado y piden solidaridad con la zona

No es el mismo caso para el hotel rural Los Ángeles, en Vegas de Coria. Allí, aunque más alejado del epicentro, lamentan que el miedo y el desconocimiento de la zona han empujado a los turistas a anular sus vacaciones: "Aunque no haya incendio ya y el hotel ni siquiera estuviera pegado a las llamas, hemos recibido varias llamadas cancelando reservas en agosto, por el humo y la zona quemada". El Encinar en Nuñomoral también se ha quedado prácticamente sin reservas para la próxima quincena, en el mes de máximos beneficios.

El 43% ha emigrado 

Esta comarca extremeña ha perdido en los últimos 50 años el 43,15% de sus habitantes, un dato que rebasa la media de descenso de población en la comunidad autónoma que se sitúa en el 4,57%, según el Consejo Económico y Social de Extremadura. Los problemas de acceso a Internet o la falta de vías de comunicación de la comarca lastran el progreso de estos diez pueblos que han visto en el turismo rural una salida. Con un total de 1.453 plazas de alojamiento, Las Hurdes estaba preparada para la temporada más alta de vacaciones tras los años de pandemia, hasta que la pasada tarde del lunes, los rayos de una tormenta seca provocaron la cabeza del incendio en el municipio de Ladrillar, que se extendió de manera incontrolada por una zona de pinares hasta las cercanías de Monsagro. Una semana después, las llamas han acabado en su conjunto con más de 6.000 hectáreas, de ellas 400 corresponden al terreno del parque nacional.

Un verano desolador para una de las zonas más castigadas de Extremadura por su ubicación, despoblación y falta de comunicaciones. Con una población con una renta per cápita con una diferencia significativa de la media autonómica -inferior casi dos mil euros por habitante- y con un importante problema de despoblación con 12,52 hurdanos por kilómetro cuadrado, cifra por debajo de todas las medias regionales. Esta región pegada a la frontera con Salamanca que forma parte de la llamada 'España húmeda' buscaba con el turismo la renovación de una vieja imagen negativa reflejada en el cine y la literatura. En 1922, en el viaje del rey Alfonso XIII a Las Hurdes, Gregorio Marañón, quien le acompañaba en la visita real, escribió sobre el injusto paisaje humano cuyas gentes, víctimas de la miseria, no se correspondían con los campos que le asombraron. Tanto fue su encanto, que el médico volvió más tarde a la comarca, pero con la intención de atender a los hurdanos sin esperanza por su hambre y su soledad en una superficie con una extensión de 499,37 kilómetros cuadrados, limitada por la Sierra de Gata, las Tierras de Granadilla y la Sierra de Francia por Salamanca.

El turismo rural en la zona busca la renovación de una vieja imagen negativa reflejada por el cine y la literatura

También Unamuno alimentó el mito de ese campo agrietado y seco entre Extremadura y Salamanca; en su libro Andanzas y visiones españolas, hablaba de "gentes perdidas en el corazón de España" y recalcaba la belleza de algo salvaje basado en una agricultura de supervivencia, no como Camilo José Cela, mucho más despectivo en su mirada. Unamuno se siente de manera plena en Las Hurdes: "Lejos del mundo bullanguero, siguiendo lo que dice el agua que canta al pie de las montañas" y humilde con los maltratados por estas sierras: "¡Pobres hurdanos! Pero… ¿salvajes? Todo menos salvajes. Son, sí, uno de los honores de nuestra patria".

La dureza del entorno y la poca fertilidad de la tierra -reflejadas en las tristes imágenes de la película de Buñuel, Las Hurdes, tierra sin pan- ya fueron evitadas por romanos y árabes. En la Edad Media la zona estaba despoblada y fueron los castellano-leoneses quienes dejaron su acento y empezaron a cultivar unas tierras que en su origen pertenecieron a la Casa de Alba y, más recientemente, en la transición fueron usadas como lugar de destierro para el franquismo

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