Independentistas vascos festejan la liberación de Otegi, su figura emblemática

  • Los independentistas vascos festejaran el martes la puesta en libertad de Arnaldo Otegi, alabado por su papel en el proceso de paz en el País Vasco, pero rechazado por víctimas de la organización armada, que le reprochan no haber renegado de ella nunca.

Apenas salga, Otegi, de 57 años, debería hacer sus primeras declaraciones cerca de la cárcel de Logroño (La Rioja, norte), antes de viajar a su pueblo natal vasco de Elgoibar, 150 km al norte, donde será recibido por sus partidarios.

Tras purga seis años y medio de cárcel por "pertenencia a organización terrorista en grado de dirigente", Otegi sale de prisión, paradójicamente, con un aura de "artífice de la paz" en su región, donde ETA anunció oficialmente el cese de su actividad armada en octubre de 2011.

Otegi ya estaba en la cárcel entonces, condenado en septiembre de 2011 a diez años de cárcel (reducidos después a seis años y medio) por tratar de reconstruir la dirección de Batasuna, considerado el brazo político de ETA, ilegalizada en 2003.

Esta formación, tras un rechazo expreso de la violencia, es ahora legal bajo las siglas Sortu y Otegi fue nombrado su secretario general.

Sortu sigue aspirando a la independencia del País Vasco pero por vías democráticas.

Su condena "había sido injusta y desproporcionada - hasta juristas lo decían - él llevaba tiempo levantando la bandera del fin de la violencia y de la paz", dijo a la AFP el periodista vasco de la revista Cambio 16, Gorka Landaburu, él mismo víctima de ETA.

Incluso el exjuez Baltasar Garzón, que ordenó su detención en 2009 afirmó en octubre que debía estar libre: "tiene la posibilidad de hacer mucho más por la paz y por el desarrollo de la situación en el País Vasco fuera que dentro".

"Es la persona más importante y decisiva en el abandono de ETA del ciclo armado", dijo a la AFP el periodista Antoni Batista, excorresponsal de La Vanguardia en el País Vasco y autor de su reciente biografía.

Según él, si ha pasado tantos años en prisión, es porque "estigmatizar a Otegi como terrorista es una manera de criminalizar el independentismo democrático".

Militante de ETA desde los 19 años, Otegi ha pasado una quincena de años en la cárcel -especialmente por el secuestro de un director de una fábrica de Michelín en 1979-, pero nunca por crímenes de sangre.

Con ya cuarenta años fue apodado el "Gerry Adams vasco", por analogía con el dirigente político del Sinn Fein que negoció la paz en Irlanda del Norte.

A finales de los años 90, fue uno de los primeros en abogar por que ETA abandonara la lucha armada.

En 2006, Otegi fue un actor clave en el diálogo entre el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero y la organización armada.

Pero, tras el fracaso de estas negociaciones -torpedeadas por ETA con un atentado mortal en el aeropuerto de Madrid- el gobierno adoptó una línea de extrema firmeza.

Se produjeron decenas de arrestos, incluido el de Otegi, en el que algunos sólo ven todavia un impostor.

"No es Otegi un hombre de paz", afirma este lunes el diario liberal El Mundo en un editorial, añadiendo que es "un declarado defensor de la extorsión, el secuestro y el asesinato como armas políticas".

"La democracia (...) no puede permitirse la canonización de sus peores enemigos", escribió en el diario conservador ABC el exdiputado centrista y luego de derechas, Javier Rupérez, acusando a Otegi de haber participado en su secuestro en 1979, a pesar de que la justicia le absolvió de esto.

En 2012, Otegi había presentado "sus más sinceras excusas" por el "dolor" y la "humillación" que hubiera podido provocar a víctimas de ETA.

Tanto partidarios como detractores le auguran un papel importante de aquí a las elecciones regionales en otoño, cuando la izquierda independentista vasca tiene la competencia de la izquierda radical de Podemos.

No obstante, en principio, está inhabilitado para cargo político hasta 2022, aunque puede recurrir.

"Faltan cosas importantes por hacer: que la organización ETA se disuelva definitivamente y que el partido de Otegi empiece a hacer una autocrítica sincera de su pasado", subraya Landaburu.

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