La tragedia vivida en las orillas de Ceuta se mascaba desde hace meses. El goteo de inmigrantes que saltaban la valla en busca de una vida mejor era continuo y no estaba claro qué debían hacer los guardias civiles en cada caso. No había nada escrito más allá del acuerdo firmado por España y Marruecos en 1992 para la readmisión de extranjeros que acceden a territorio nacional de forma ilegal y que se limita a decir que se podrá devolver a una persona cuando se "apruebe" que ha entrado por zona alauí.
Ante esta escasez de recursos jurídicos a los que agarrarse, el pasado 15 de mayo, la Asociación Unificada de Guardias Civiles solicitó a la Dirección General la elaboración de un protocolo que expusiera de forma "pormenorizada" cómo tienen que actuar los agentes "ante inmigrantes que pretenden entrar en territorio nacional" y "supuestos de enfrentamientos o resistencia activa" como los que se han vivido en Ceuta estos días.
Probablemente ese protocolo habría dado respuesta a muchos de los supuestos que se han planteado en los últimos conflictos, pues la AUGC pedía que aclarase cuestiones como qué deben hacer los agentes cuando los inmigrantes entran "por vía marítima" y se encuentran "fuera de la bocana del puerto o dentro de la misma". O cómo deben actuar "en los diversos supuestos en los que (el extranjero) hubiere o no puesto los pies en la línea de tierra".
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La solicitud, sin embargo, fue frontalmente rechazada por el Ministerio del Interior. Tanto en primera instancia por la Comandancia de Melilla, cuyo jefe la calificó de "extralimitación" en las funciones de AUGC como asociación, como en segunda por el Mando de Operación de la Dirección General de la Guardia Civil, que insistió en que las agrupaciones profesionales "carecen de interés legítimo para formular" estas propuestas.
Fuentes de AUGC explican que la tragedia que ha ocurrido en Ceuta "se veía venir", ya que durante meses se estaban produciendo situaciones extrañas. Entre estos episodios, destacan la investigación de la Fiscalía tras el testimonio de dos menores, que aseguraron haber sido expulsados por las puertas de mantenimiento de la valla fronteriza de Melilla con Marruecos; la grabación realizada por la oenegé Prodein (y difundida en Periodismo Humano) de la entrega que hace por mar la Guardia Civil a la Policía marroquí de varios inmigrantes que acababan de entrar a España en patera; o las imágenes publicadas por Seguridad y Tribunales que mostraron a varios agentes entregando a una lancha supuestamente marroquí a varios extranjeros a través de un espigón.
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