Irán y las potencias acuerdan una agenda para solucionar el litigio nuclear

  • Una agenda, un calendario y nuevas conversaciones el 17 de marzo, han sido los resultados concretos de la primera ronda negociadora que concluyó hoy en Viena entre Irán y las grandes potencias para buscar una solución definitiva al litigio por el programa nuclear de la República Islámica.

Luis Lidón

Viena, 20 feb.- Una agenda, un calendario y nuevas conversaciones el 17 de marzo, han sido los resultados concretos de la primera ronda negociadora que concluyó hoy en Viena entre Irán y las grandes potencias para buscar una solución definitiva al litigio por el programa nuclear de la República Islámica.

"Queda mucho por hacer. No va a ser fácil. Pero hemos tenido un buen inicio", declaró la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, en una rueda de prensa junto al ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.

"Hemos tenido tres días muy productivos, durante los que hemos identificado todos los asuntos que tenemos que atender para lograr un acuerdo completo y final", agregó Ashton, que negocia con la República Islámica en nombre del denominado Grupo 5+1, formado por EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania.

Ashton y Zarif presentaron un calendario de reuniones "para los próximos cuatro meses" y un "marco de trabajo para continuar las deliberaciones" en Viena el 17 de marzo.

Todas las partes implicadas, tanto Irán, la Unión Europea y las grandes potencias, han querido mostrar cautela sobre este primer paso: el camino aún es largo y difícil y el éxito no está garantizado.

Zarif, por su parte, declaró a los periodistas, tras la rueda de prensa, que Teherán está dispuesto a negociar y dar los "pasos necesarios" para que quede claro que su programa atómico seguirá siendo exclusivamente pacífico.

Una alta fuente diplomática estadounidense, que solicitó el anonimato, reconoció ante un grupo de periodistas que las conversaciones habían sido constructivas y se lograron "algunos progresos".

"Hemos recorrido ciertas distancias en un periodo relativamente corto de tiempo", agregó, aunque indicó que el proceso va a ser "difícil desde el principio al final".

El objetivo final de estas conversaciones es, según la fuente estadounidense, asegurar que "Irán no obtenga un arma nuclear y que la comunidad internacional tenga la confianza de que Teherán sólo tiene un programa atómico pacífico".

Esa fuente se negó a hablar de los asuntos concretos que se han tratado, pero destacó que "todos los temas de preocupación para nosotros están sobre la mesa", incluida las posibles investigaciones militares en el pasado vinculadas al programa atómico iraní.

Al plantearle las líneas rojas que han trazado varios responsables iraníes en los últimos días, como no hablar sobre las capacidades balísticas de Teherán ni cerrar instalaciones nucleares, la fuente estadounidense destacó que lo importante es lo que se acuerde en la mesa de negociaciones.

"Todos vamos a escuchar muchas cosas en este proceso, lo importante es lo que obtengamos y lo que se acuerde en la mesa de negociaciones", recalcó.

La alta fuente diplomática reconoció que existen tres décadas de "desconfianza" entre EEUU e Irán, y que reparar los puentes rotos llevará tiempo, aunque destacó la "seriedad" y el ambiente de "buena fe" con el que todos han negociado.

Las demás delegaciones tampoco quisieron comentar cuáles fueron los asuntos debatidos, e incidieron en el buen ambiente de trabajo, y que se ha cumplido lo que se pretendía desde un principio: configurar una agenda de trabajo sin entrar en un debate de fondo de las cuestiones más espinosas.

La cuestión clave es si Irán aceptará limitaciones permanentes a su programa nuclear civil como una garantía de que sus ambiciones nucleares son pacíficas, un objetivo que algunos diplomáticos occidentales han planteado de forma abierta.

A cambio, la Unión Europea, EEUU y las Naciones Unidas levantarían varias sanciones que están ahogando a la economía iraní, especialmente a su potente sector petrolero.

La reunión de Viena ha sido la primera después de que el pasado noviembre el G5+1 e Irán pactaran un plan de acción de seis meses, durante el que Teherán se compromete a congelar sus actividades nucleares más polémicas y las potencias a suspender ciertas sanciones económicas impuestas al país asiático.

Hasta finales de julio, como pronto, ambas partes tienen la complicada tarea de convertir ese acuerdo temporal en uno definitivo que garantice el carácter pacífico del programa nuclear iraní.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica ha sido incapaz en más de diez años de inspecciones de garantizar que los esfuerzos atómicos iraníes son exclusivamente pacíficos, mientras Teherán insiste en que su programa atómico es exclusivamente civil. EFE

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