Irán y las potencias siguen negociando sin previsión de un acuerdo inmediato

  • Las grandes potencias e Irán vuelven a reunirse mañana en Viena, sin apenas expectativas de una solución rápida a la disputa nuclear pero con la intención, al menos, de seguir negociando un acuerdo que garantice que Irán no pueda desarrollar armas atómicas.

Antonio Sánchez Solís

Viena, 17 mar.- Las grandes potencias e Irán vuelven a reunirse mañana en Viena, sin apenas expectativas de una solución rápida a la disputa nuclear pero con la intención, al menos, de seguir negociando un acuerdo que garantice que Irán no pueda desarrollar armas atómicas.

Catherine Ashton, la coordinadora del G5+1 (EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) y el ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, dirigirán esta nueva cumbre, como ya hicieron hace cinco semanas en la capital austríaca.

Aunque las reuniones comienzan oficialmente mañana, y seguirán hasta el miércoles o el jueves, está previsto que Ashton y Zarif tengan hoy una cena de trabajo en la Embajada iraní en Viena, según confirmaron a Efe fuentes de las dos delegaciones.

Si la reunión de febrero fue calificada por los dos como "un buen inicio" para una negociación que se sabe difícil y larga, el encuentro de esta semana no tiene más objetivos que mantener vivos los contactos y dar nuevos pasos.

"Estamos avanzando de forma positiva, en el sentido de que entendemos mucho mejor las posiciones de la otra parte", explicó recientemente una alta fuente diplomática estadounidense.

Pese a reconocer que hay aún discrepancias en muchos asuntos, esa fuente, que solicitó el anonimato, reconoció en una teleconferencia con medios internacionales que el objetivo sigue siendo "avanzar en cada ronda" y asegurar que la negociación "se mueva".

"Lo que puedo decir es que todo el mundo está decidido a tener éxito en el plazo de seis meses del Plan de Acción", aseguró la fuente, en referencia al acuerdo de noviembre por el que Teherán se comprometió a congelar sus actividades nucleares más polémicas a cambió de suspender algunas sanciones internacionales.

Por parte iraní, también Zarif ha rebajado las expectativas, al decir que no está previsto "llegar a un acuerdo en esta ronda" y que el propósito de esta reunión "es más un intercambio de opiniones".

"En esta ronda de negociaciones hablaremos sobre los aspectos del programa nuclear de Irán con fines pacíficos, especialmente sobre el tema del enriquecimiento y el tema del agua pesada" (del reactor de Arak), así como de la eliminación de las sanciones, manifestó el ministro iraní en Teherán antes de partir rumbo a Viena.

La insistencia de Irán de mantener su programa de uranio enriquecido, un combustible de uso militar y civil, es justo uno de los aspectos más conflictivos de esta negociación.

Mientras Irán insiste en que ese punto no es negociable y está dispuesto a demostrar que su programa atómico es pacífico pero no a renunciar a él, fuentes estadounidenses han insistido en que incluso si se acepta que siga enriqueciendo uranio, tendría que ser de forma limitada y sometido a controles exhaustivos.

Aunque aún no hay una agenda cerrada, se espera que el formato de la cumbre incluya tanto reuniones plenarias con los seis países y contactos bilaterales.

Hasta el momento las seis grandes potencias han trabajado de una forma muy "cohesionada" y coordinada que ha permitido superar las diferencias de postura, señaló la fuente estadounidense.

Una cooperación que confió se mantenga ahora, pese a la creciente tensión diplomática entre EEUU y Rusia por la crisis en Ucrania.

Los contactos entre Irán y las grandes potencias han puesto fin a años de bloqueo en los que Teherán se mostró reacio a colaborar y Naciones Unidos, la Unión Europea y EEUU respondieron con sanciones que acabaron por dañar la economía iraní, muy dependiente de las exportaciones de petróleo.

Paralelamente a los contactos políticos, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha logrado un acuerdo con Irán para aumentar los controles y recibir más información, para intentar discernir de una vez por todas si el régimen de loa Ayalolás busca o no fabricar un arma nuclear.

Hace más de una década que el OIEA trata de aclarar si el programa atómico iraní es pacífico o no.

Hasta ahora no ha logrado evidencias pero sí indicios que señalan hacia posibles dimensiones militares, un temor compartido por Washington, Bruselas e Israel.

De hecho, el Gobierno israelí, ha advertido de que la nueva actitud negociadora de Irán no es auténtica y que la comunidad internacional es "ingenua" y debe "despertar" para evitar que Teherán se haga con armas atómicas.

También en Estados Unidos e Irán, los sectores más conservadores están siguiendo las negociaciones con escepticismo, al entender que un acuerdo podría considerarse ceder ante un enemigo histórico.

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