Jesús Eguiguren, el conspirador de "cristal"

  • Ana Burgueño.

Ana Burgueño.

San Sebastián, 28 jul.- Jesús Eguiguren es el protagonista absoluto de "Memorias de un conspirador", un documental de Ángel Amigo en el que el presidente del PSE confiesa sentirse como un hombre de "cristal", que perdió "todas las energías y todas las fuerzas" tras el proceso negociador con ETA y que anhela su retirada política.

"Ha sido todo muy raro. Porque yo nunca he sido mediador ni he sido nada. Yo era una especie de conspirador que iba a lo que iba. Y yo ya sabía cómo acaban los conspiradores, despreciados por unos y por otros", asegura el dirigente socialista en este trabajo, que se encuentra en fase de postproducción y cuyo estreno está previsto para el próximo otoño.

El documental, según explica a Efe Amigo, su director y guionista, es el resultado de más de un año de conversaciones con Eguiguren, con el que realiza un viaje por la memoria, que se inicia con las luces nocturnas de Oslo, una de las ciudades en la que el político del PSE-EE se reunió con responsables de la banda terrorista en 2005 y 2006.

Y en ese periplo por los recuerdos hay paradas en Ginebra, donde se celebró la primera cita con la banda, y en el caserío Txillarre de Elgoibar (Gipuzkoa), donde comenzó a "conspirar" junto al líder de Batasuna, Arnaldo Otegi, en un intento para "obligar a los gobiernos y a ETA a hablar", señala Eguiguren en el filme, a cuyo premontaje ha tenido acceso Efe.

Pero la historia es fundamentalmente el cierre de un círculo, su "vuelta a Ítaca" física y mental, a su casa natal del pueblo guipuzcoano de Aizarna, donde nació hace 58 años este político controvertido y cansado que piensa que el futuro "le pertenece posiblemente a otra generación" para hacer "bien" lo que "nosotros -dice- no hemos sabido hacer".

"Al final, cuando nos vamos haciendo viejos, otra vez volvemos a la infancia", añade el dirigente del PSE, que asegura que, una vez desbaratado el proceso con el atentado de la T-4, pasó de ser "una persona con autoridad en el PSOE" a convertirse en "un personaje sospechoso, que estaba loco, que era un imprudente, que era irresponsable", que se estaba "desprestigiando".

"Vi que todo el aprecio y todo el cariño que sentía en la calle, en los ámbitos de Madrid lo había perdido totalmente", cuenta Eguiguren, que cree que le ha "salvado un poco" su trayectoria vital y que no le pueden acusar de "haber sido un acomplejado ante el nacionalismo o uno que no había hecho frente a ETA".

Lo dice tras pasear por las entrañas de lo que fueron sus encuentros con Otegi, con Josu "Ternera" luego y los más complicados que mantuvo después con Javier López Peña, "Thierry", al que describe como un hombre "ciclotímico", que le hizo perder las esperanzas sobre la "hoja de ruta" pactada, y al que le gustaba tomar copas después de cenar.

"Yo creo que me estropeé el hígado allá (en Noruega) bebiendo Armagnac con Thierry. Pero era cuando hablaba y, claro, no me encajaba nada", comenta.

Su inclinación conspiradora, que nació de "cierta decepción de la política oficial o de la política correcta", corrió de su bolsillo, pues afirma que nunca le dieron "una peseta".

"Eso de los fondos reservados se habrán agotado, porque yo me tenía que pagar mi gasolina, tenía que coger mi coche y, si me quedaba sin dinero, tenía que comer bocadillos. En ese terreno por lo menos no puede caber sospecha, puede caber en lo político, porque en el fondo yo sí pensaba que el pueblo vasco tiene derecho a decidir y lo único que quería es que ellos aceptaran que se hiciera dentro de la legalidad y democráticamente", explica.

Eguiguren habla también de las víctimas, de su sufrimiento, de los funerales a los que ha asistido, de los compañeros muertos y de cuando hizo testamento porque no sabían quién podía ser "el siguiente".

Ahora siente "la gran satisfacción del deber cumplido" y recalca que ya ha concluido su "función". "Si puedo y creo que puedo, y ese es mi deseo, la política la dejo atrás, les dejo a otros", afirma.

Y tiene palabras para Otegi. Opina que sin él "tampoco hubiéramos llegado aquí, para qué vamos a engañarnos".

Pero "mucho" se teme que cuando el dirigente de la antigua Batasuna sea excarcelado, "después de haber hecho lo que ha hecho", saldrá "sin las facultades, sin la fuerza, sin la energía, sin el apoyo que ahora tiene".

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