Juzgan a un empleado por quedarse 4 millones de una empresa que luego cerró

  • El Ministerio Público solicita una pena de cuatro años y nueves meses de prisión para el encargado del control y custodia del capital de una empresa textil valenciana al que acusa de apropiarse de más de cuatro millones de euros de la mercantil, que posteriormente cerró debido a la falta de liquidez.

Valencia, 28 feb.- El Ministerio Público solicita una pena de cuatro años y nueves meses de prisión para el encargado del control y custodia del capital de una empresa textil valenciana al que acusa de apropiarse de más de cuatro millones de euros de la mercantil, que posteriormente cerró debido a la falta de liquidez.

La fiscal reclama además para el procesado, de 73 años, al que acusa de un delito continuado de apropiación indebida, una multa de 4.500 euros así como que indemnice a la empresa en la cantidad sustraída.

En el juicio que ha comenzado hoy en la Audiencia de Valencia, el acusado se ha acogido a su derecho a no declarar y los testigos han insistido en que el empleado se quedó el dinero, que "pertenecía a la caja B".

Desde que en 1972 se constituyó la empresa DIMAS, dedicada a la fabricación y comercialización de toda clase de tejidos en Albaida (Valencia), Juan Salvador N.N., con plena confianza de los socios, asumió la custodia y control del dinero que entraba y salía de la textil.

Realizaba todas las gestiones solo y sin ningún tipo de control, sin arqueos de caja y sin estar sometido a comprobación documental alguna de las cuentas.

En 1999, como la mercantil había generado un importante capital que no se quiso incluir en la contabilidad oficial, el acusado alquiló dos cajas de seguridad en una entidad bancaria, a las que sólo tenía acceso él.

Entre ese año y 2006, el procesado se apropió de 4.156.517 euros que, propiedad de la textil, se encontraban o debían encontrarse en estas cajas de seguridad, pero este dinero nunca se halló, siempre según el escrito fiscal.

Como consecuencia de su descapitalización, en 2009 la sociedad entró en concurso de acreedores y en el procedimiento se autorizó un expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo que afectó a 69 trabajadores.

En la vista celebrada hoy, los que fueran propietarios de DIMAS han declarado que depositaron confianza "total" en el acusado porque llevaba trabajando "30 o 35 años" con ellos.

Han explicado que se alquilaron dos cajas de seguridad en un banco porque la empresa había generado "dinero en cantidad", y que empezaron a sospechar que se había quedado con éste cuando le reclamaron 300.000 euros para instalar placas solares en la fábrica y él no los aportaba.

"Dijo que estaba blanqueando el dinero, que lo iba a oficializar a través de un premio de lotería. Un día desapareció y le localizamos en el aeropuerto. Entonces le denunciamos", ha declarado uno de los socios.

El letrado de la empresa ha afirmado que la desaparición de la cantidad reclamada fue una de las causas que abocaron a la mercantil al concurso de acreedores pero "no la única", dado que la textil contaba con "deudas a los trabajadores, Hacienda y Seguridad Social, y había disminuido en un 80 % sus ingresos".

También ha reconocido que DIMAS "llevaba una doble contabilidad", que el dinero desaparecido era negro y que se sabe de su existencia por los "apuntes en unas agendas", uno de los argumentos clave de la defensa.

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