La China de Xi Jinping ignora a sus vecinos en los primeros meses de gobierno

  • En tan sólo 80 días desde la llegada al poder del presidente chino, Xi Jinping, China ha llevado a cabo una intensa política exterior y enfocada a los cinco continentes, pero en la que cabe también, irónicamente, cierto "olvido" a sus vecinos, Japón y los países del sureste asiático.

Antonio Broto

Pekín, 2 jun.- En tan sólo 80 días desde la llegada al poder del presidente chino, Xi Jinping, China ha llevado a cabo una intensa política exterior y enfocada a los cinco continentes, pero en la que cabe también, irónicamente, cierto "olvido" a sus vecinos, Japón y los países del sureste asiático.

Antes de que Xi cumpla tres meses en el poder, ya habrá hecho una gira por África, visitado Rusia, América Latina (México y Costa Rica) y EE.UU., y el "número dos" del régimen, el primer ministro Li Keqiang, le ha complementado con un viaje a Europa (Alemania y Suiza), Pakistán y la India, otrora gran rival asiático de China.

Entre viaje y viaje, los líderes chinos han recibido ya en los primeros meses en el poder, entre otros, a los presidentes de Francia, Perú, México y la Autoridad Nacional Palestina, a los primeros ministros de Grecia, Israel y Australia, y han participado en la cumbre BRICS de Durban (Sudáfrica), pensando también en el emergente gigante suramericano, Brasil.

Con esta intensa agenda para que los nuevos líderes chinos se presenten en la comunidad internacional, el régimen comunista parece haber cubierto prácticamente todos los gobiernos y regiones de influencia en el planeta, pero con dos marcadas ausencias, más llamativas por el hecho de que son vecinos: Japón y el sureste asiático, con los que mantiene tensos y crecientes conflictos.

Otros vecinos complicados para China, las dos Coreas, también parecían hasta hace escasos días olvidados por los nuevos líderes chinos.

Sin embargo, la reciente visita a Pekín de un enviado especial del líder norcoreano Kim Jong-un y el anuncio de que la presidenta surcoreana viajará a China en junio, han mostrado que no son "los últimos de la fila" para el régimen comunista, como si parecen serlo Tokio, Hanoi o Manila.

Las razones de este "olvido" son claramente los conflictos territoriales, estratégicos e históricos que China mantiene por la soberanía de varios archipiélagos.

Se trata de las islas Diaoyu/Senkaku (controladas por Japón pero reclamadas por Pekín desde hace un siglo), las Spratly y las Paracel (archipiélagos del Mar de China Meridional codiciados por China, Vietnam, Filipinas y otros países del sureste asiático).

Aunque en los dos meses y medio transcurridos desde el relevo de poder esos conflictos han perdido intensidad (las incursiones de barcos en aguas en conflicto se han reducido), China muestra con su desplante a los vecinos más cercanos que continúa enrocada en sus reclamaciones y los nuevos líderes no van a cambiar de actitud.

"Está claro que hay graves problemas territoriales entre China y Japón, Vietnam, Filipinas, ya que el ascenso chino ha traído mucho escepticismo entre sus vecinos", señaló al respecto el profesor Ting Wai, especialista en relaciones exteriores de la Universidad Baptista de Hong Kong.

"Como sus problemas más graves son las relaciones con los vecinos, el objetivo de la política exterior china actual es cortejar a otros países, para no tener así tantos problemas fuera de Asia", señaló a Efe Ting, quien destacó que la relación de EE.UU. con Japón y otros rivales de Pekín también influye en la actitud china.

"Una especie de 'muro de contención' (ante China) se ha formado entre EE.UU., Japón, el sureste asiático y China, por lo que Pekín busca mejorar sus lazos con Latinoamérica, África y Europa para ir más allá del cerco de vecinos y grandes potencias", analizó.

Su colega Jean-Pierre Cabestan, también especialista en estudios internacionales de la universidad honkonguense, opinó asimismo que el desplante de Pekín a sus grandes socios cercanos es un toque de atención a Washington, pese a que en unos días el presidente Xi visitará California y se reunirá allí con su homólogo Barack Obama.

"El este de Asia es una zona de tensiones en la que China, en primer lugar, ha decidido mantenerse firme y, en segundo lugar, busca 'expulsar' a EE.UU.", destacó a Efe el analista, quien admitió que "hay cierta ironía" en el hecho de que Pekín visite antes a socios más alejados y con menor importancia comercial.

En opinión de Cabestan, Pekín tampoco ha mostrado demasiada atención en sus primeros meses a la Unión Europea, pese a las reuniones de sus líderes con Angela Merkel y François Hollande: "La Unión Europea ha sido el último destino, por cierto desprecio chino a su falta de unidad y poder".

"Es la nueva arrogancia de China, a la que tendremos que acostumbrarnos", concluyó el experto.

Mostrar comentarios