La discreta comida que marcó el inicio de la buena relación entre Sánchez y Rivera

    • Los líderes de PSOE y Ciudadanos almorzaron juntos hace un mes al lado del Congreso.
    • Sánchez aceptó una invitación de Rajoy para comer en La Moncloa pero un día antes la canceló.
Pedro Sánchez ve "buena predisposición" al acuerdo por parte de Rivera y descarta que el PP permita su investidura
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Pedro Sánchez y Albert Rivera mantienen desde en los últimos días una buena sintonía personal. Los líderes de PSOE y Ciudadanos ya se han visto las caras para negociar un posible pacto de investidura. Pero la química entre ambos se remonta un mes atrás, cuando almorzaron juntos en un local muy cerca del Congreso de los Diputados.Fue una comida discreta, que ambos decidieron mantener en la intimidad y sin que trascendiera a la prensa. Fue Sánchez quien tomó la iniciativa, según explican fuentes conocedoras del encuentro. El secretario general del PSOE habló con el presidente de Ciudadanos y le convocó a un almuerzo.El encuentro tuvo lugar el 8 de enero, viernes, y Rivera exigió que se celebrara en un lugar neutral. No quería, por tanto, ser visto en la sede de los socialistas. Eligieron un restaurante situado muy cerca del Congreso donde habitualmente almuerzan diputados y periodistas.En aquella comida comenzaron el proceso de negociación para la formación de Gobierno. Ambos acordaron que las cosas debían cambiar y que iban a intentar hacerlo juntos.El menú del día que Sánchez y Rivera probaron fue menestra de verduras con ensalada, de primero, y lenguado, de segundo, según publica este domingo Pilar Gómez en La Razón. Pedro Sánchez optó después por una infusión de hierbas mientras que Albert Rivera pidió café.La reunión con Rajoy cancelada a última horaLa comida entre Sánchez y Rivera no ha sido el único intento de encuentro entre los principales líderes políticos. Rajoy también intentó comer con el secretario general del PSOE aunque ahora diga que ha negado 17 veces encontrarse con él.Fue a principios de año, justo después de Navidad y posterior al encuentro de 45 minutos que ambos dirigentes mantuvieron en La Moncloa el 23 de diciembre, tres días después de la cita con las urnas (por cierto, en ese encuentro Sánchez rechazó cualquier bebida que le ofrecieron desde su equipo). Rajoy, aún así, descolgó el teléfono, buscó en su agenda y pulsó en el contacto de Sánchez.Fue una conversación tranquila en la que, según presidencia, Rajoy invitó a Sánchez a que comieran juntos. En Moncloa, preferiblemente, alejados del foco mediático.

Sánchez, en un principio, aceptó el ofrecimiento. Dijo sí sin dudarlo. Pero unas horas más tarde cambió de opinión y llamó a Rajoy para transmitirle que cancelaba el almuerzo. Sólo quedaba un día para la comida y el presidente del Gobierno en funciones ya se había preparado lo que iba a plantearle: un nuevo Pacto de la Moncloa con la incorporación de Albert Rivera.

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