La India y China aluden a la paz fronteriza para seguir creciendo juntas

  • Con el eco todavía del último episodio de tensión fronteriza, los líderes de la India y China apostaron hoy por resolver sus disputas con el diálogo, para que la paz impulse las aspiraciones económicas de los dos gigantes asiáticos.

Igor G. Barbero

Nueva Delhi, 20 may.- Con el eco todavía del último episodio de tensión fronteriza, los líderes de la India y China apostaron hoy por resolver sus disputas con el diálogo, para que la paz impulse las aspiraciones económicas de los dos gigantes asiáticos.

Delegaciones encabezadas por el primer ministro chino, Li Keqiang, y su homólogo indio, Manmohan Singh, se reunieron en Nueva Delhi para hablar sobre frontera y economía y anunciaron la firma de ocho acuerdos sectoriales para fortalecer la relación bilateral.

"La base para un continuo crecimiento y expansión de las relaciones es la paz y tranquilidad en las fronteras", afirmó Singh en una comparecencia con Li en el palacete de Hyderabad en la que no se admitieron preguntas pese a la masiva asistencia de periodistas.

"Compartimos muchos más intereses que diferencias", dijo por su parte el mandatario chino, que tuvo buenas palabras hacia la India y recordó que ha escogido este país para hacer su primera visita oficial al extranjero porque es un "vecino importante".

Li reconoció que existen "algunos problemas entre ambos países" -en alusión a que Pekín no acepta la mitad de la delimitación de los más de 3.500 kilómetros de frontera común- y subrayó que la solución a esas disputas está "en la historia".

El primer ministro chino abogó por "mejorar el mecanismo" para gestionar las fronteras, algo que también fue destacado por Singh, quien dijo que hacen falta "medidas adicionales" para "mantener la paz".

El octogenario líder indio informó de que los representantes especiales en las zonas fronterizas "se reunirán pronto" para "idear una hoja de ruta" orientada a deshacer los nudos de la tensión territorial.

El pasado abril una treintena de soldados chinos acamparon en una zona que la India considera bajo su soberanía en el valle de Depsang, en la región cachemir de Ladakh.

Nueva Delhi movilizó a sus tropas en la zona y la crisis llegó a su fin 20 días más tarde cuando la India accedió a demoler un puesto fronterizo que no era del agrado de China.

Este capítulo es el último de una larga serie de violaciones denunciadas sobre todo por la India a lo largo de una frontera interrumpida en algunas zonas por Nepal o Bután, que se erige siguiendo el curso del Himalaya y fue fijada durante el dominio británico del subcontinente indio.

Los litigios territoriales fueron, de hecho, el detonante de una guerra en 1962 entre ambos países, que finalizó con una rápida victoria china.

Sin profundizar en la materia de los desacuerdos, ambos líderes se esforzaron por que las divergencias no eclipsen la voluntad de entenderse en el ámbito económico.

"El auge de China y la India es bueno para el mundo. Hay suficiente espacio para acomodar las aspiraciones de crecimiento de nuestros pueblos", defendió el jefe del Gobierno indio.

"Sin el desarrollo común de China y la India, Asia no será más fuerte y el mundo no será un lugar mejor", aseguró Li, que hizo hincapié en que los dos gigantes representan casi un tercio de la población mundial.

En la reunión de las dos delegaciones se anunció la firma de ocho acuerdos -en su mayoría memorandos de entendimiento- en materia cultural, económica, de cooperación entre ciudades y para compartir información sobre la situación de ríos que surcan ambos territorios.

También prometieron cooperar más en asuntos regionales e internacionales y explorar la viabilidad de crear un corredor económico que una el noreste de la India con China y el sureste asiático.

Más allá de estos proyectos, Singh puso sobre la mesa la necesidad de reducir el elevado déficit comercial de su país respecto a China, consistente en unos 29.000 millones de dólares anuales en un intercambio total de unos 66.000 millones.

El primer ministro indio, que recibió el compromiso de Li de que se buscará "el equilibrio", instó a las empresas del país vecino a invertir en sectores como las infraestructuras y el manufacturero.

En el segundo día de su visita, el primer ministro chino mantuvo hoy contactos con varias autoridades políticas indias en Nueva Delhi y mañana se entrevistará con el presidente, Pranab Mukherjee, antes de viajar a la metrópoli de Bombay, considerada la capital financiera, para reunirse con representantes del mundo empresarial.

El miércoles Li se desplazará a Pakistán, siguiente etapa de una gira que le llevará luego a Suiza y Alemania.

La visita del líder chino, rodeada de fuertes medidas de seguridad, ha estado acompañada de las habituales protestas de exiliados tibetanos aunque en esta ocasión no se han registrado incidentes graves.

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