La Justicia quiere conocer el actual estado de salud de Bolinaga

    • En 2012 Bolinaga abandonaba la cárcel de Zaballa debido al padecimiento de un cáncer de riñón incurable por el que le pronosticaban un máximo de once meses de vida.
    • Su estado de salud actual parece haber mejorado desde entonces, justo cuando investigan su papel en el asesinato de un guardia civil en 1986.
El etarra Bolinaga dieciseis meses después de su salida de prisión
El etarra Bolinaga dieciseis meses después de su salida de prisión

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce considera que la situación de Bolinaga"no puede quedar de manera estática". El juez pide que se contraste periódicamente el estado de salud del preso en libertad condicional. Por su parte la Audiencia Nacional ha pedido los informes médicos del etarra para considerar su llamada a declarar como imputado por el asesinato no esclarecido del guardia civil Antonio Ramos, en 1986.

El informe médico que avaló la salida de Bolinaga prisión el 23 de octubre de 2012 le pronosticaba 11,3 meses de vida. Sin embargo dieciseis meses después su estado de salud no ha empeorado. Es habitual verle paseando o incluso acudir a los bares de su localidad natal. Las imágenes actuales pueden hacer pensar que incluso su aspecto es mejor ahora que cuando se le concedió la libertad condicional.

De cualquier modo su actual situación es para muchos la muestra de que este preso, condenado a 200 años de cárcel, no debería haber abandonado nunca la prisión y debía haber seguido recibiendo su tratamiento médico en prisión. La Asociación de Víctimas del Terrorismo, el fiscal de la Audiencia Nacional y varios informes médicos avalaban estas tesis, sin embargo otras no.

Cuando el etarra Bolinaga inició una huelga de hambre para pedir su excarcelación debido al empeoramiento de su estado de salud, abrió un debate médico y jurídico que dos años después aún no se ha cerrado. El cáncer de riñón que padecía desde 2005 había empeorado y los facultativos lo consideraban incurable.

Sin embargo las conclusiones acerca de cómo actuar con un diagnóstico de esas características eran diferentes, dependiendo de quien las emitiera.Los informes médicos de la cárcel de Zaballa recomendaban el tratamiento fuera de la cárcel

Los servicios penitenciarios de la cárcel de Zaballa, donde cumplía pena, no creían que fuera conveniente que Bolinaga permaneciera recibiendo el tratamiento en prisión por falta de recursos médicos.

A esta opinión se sumaron los oncólogos del hospital de Donostia de San Sebastián que trataron a Bolinaga. El juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, se desplazó hasta el centro para entrevistarse con los facultativos, quienes le daban entre seis y doce meses de vida. Después de la reunión, la justicia decidió concederle a Josu Urietxeberría la libertad condicional debido a su cáncer incurable.Los forenses de la Audiencia Nacional estimaban que Bolinaga no estaba terminal

El juez José Luis Castro tomó esta decisión pese al informe elaborado por la médico forense de la Audiencia Nacional, Carmen Baena y el fiscal, Pedro Rubira, que concluían que Bolinaga no era un enfermo que se encontrara en situación terminal, por lo que podía seguir recibiendo su tratamiento oncológico en en los servicios sanitarios de prisión.

Sin embargo el artículo 92 del código penal, el que regula la libertad condicional, no establece que un enfermo tenga que encontrarse en ese estado para quedar acogerse a esta reducción de pena. Tan sólo habla de "enfermos muy graves, con padecimientos incurables".

En cualquier caso, otros profesionales, como el Colegio Oficial de Médicos de Madrid, consideraron que el preso podía haber seguido recibiendo el tratamiento adecuado en prisión.

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