La UE estudiará en Chipre qué más puede hacer para detener el conflicto sirio

  • Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) analizarán mañana en Chipre la situación de violencia que ensangrenta Siria y, especialmente, las posibilidades de apoyar a una oposición unida y de impulsar una transición en el país.

Bruselas, 6 sep.- Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) analizarán mañana en Chipre la situación de violencia que ensangrenta Siria y, especialmente, las posibilidades de apoyar a una oposición unida y de impulsar una transición en el país.

El conflicto armado en el país árabe centrará en esta ocasión el encuentro informal que cada seis meses celebran los jefes de las diplomacias de los Veintisiete bajo la dirección de la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, en el país que ocupa la presidencia semestral del bloque.

Chipre, en esta ocasión, llevará a los ministros europeos a pocos cientos de kilómetros de Siria, donde continúa el conflicto que ha casado ya cerca de 20.000 muertes.

Según ha adelantado la ministra chipriota de Exteriores, Erato Kozakou-Markoullis, la reunión servirá para revisar la postura europea ante el conflicto, en especial, tras el nombramiento del argelino Lajdar Brahimi como representante especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria.

La UE ha prometido su pleno apoyo a Brahimi para que intente frenar el derramamiento de sangre, algo que no han logrado, por ejemplo, las numerosas rondas de sanciones europeas aprobadas para presionar a Damasco.

"También discutiremos qué puede hacer la UE para reforzar su asistencia al pueblo sirio y a los refugiados, así como formas de contribuir a la preparación de una genuina transición democrática en el país", ha indicado.

En este sentido, el jefe de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo, explicará a sus homólogos las conclusiones del encuentro que mantuvo el lunes en Madrid con el presidente del Consejo Nacional Sirio (CNS), Abdul Baset Seida, según han indicado a Efe fuentes diplomáticas.

En la capital española, el líder opositor reclamó a la comunidad internacional que arme a los rebeldes para defender a la población civil de los ataques del régimen de Bachar al Asad.

Hasta la fecha, la Unión Europea se ha negado a prestar apoyo militar a la oposición siria, alertando de los riesgos de introducir más armas en una región tan convulsa, y ha insistido en que no usará la fuerza.

La "línea roja", según la definió el presidente francés, François Hollande, podría ser el uso de armas químicas por parte del régimen sirio.

De acuerdo con París, la utilización de ese arsenal sería "una causa legítima de intervención directa" y contaría con el respaldo de todos los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Hasta ahora, China y Rusia por un lado, y las potencias occidentales por otro, han mantenido dos frentes claramente diferenciados en toda discusión sobre Siria.

Las relaciones con la oposición siria, además, tampoco han sido por ahora todo lo fluidas que Bruselas esperaba, principalmente por la división de los rebeldes.

En las últimas semanas, Francia ha hecho especial hincapié en la necesidad de que las fuerzas contrarias a Al Asad se unan y constituyan un gobierno provisional, que París reconocería inmediatamente.

A priori, la cita de Chipre es una ocasión ideal para que los Veintisiete traten de coordinar su postura en ese capítulo.

Mientras tanto, la prioridad de las instituciones europeas -en especial de la Comisión Europea- sigue siendo la situación humanitaria en el país.

La comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, -que también participará en la reunión- ha alertado en las últimas semanas del rápido deterioro de las condiciones de seguridad en el país y ha emplazado a la comunidad internacional a unirse para ayudar a la población.

Bruselas, por ahora, insiste en que la mejor solución es ampliar el acceso de las organizaciones internacionales a territorio sirio o que, por ejemplo, los bandos acuerden treguas temporales para permitir la atención de heridos.

Otras opciones, como podría ser el establecimiento de corredores humanitarios o de áreas protegidas dentro del país, no cuentan con el respaldo de la UE por su difícil aplicación.

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