Las insólitas reconstrucciones públicas de los crímenes en Tailandia

  • Ante una nube de periodistas y curiosos, los presuntos criminales recrean sus fechorías frente a la Policía tailandesa, una práctica habitual para las autoridades del país asiático que hace años se comprometió a eliminar.

Noel Caballero

Bangkok, 19 oct.- Ante una nube de periodistas y curiosos, los presuntos criminales recrean sus fechorías frente a la Policía tailandesa, una práctica habitual para las autoridades del país asiático que hace años se comprometió a eliminar.

Ataviados con chaleco antibala y endebles casos de motocicleta que les protegen de posibles represalias, dos trabajadores birmanos reproducen para las cámaras cómo supuestamente violaron a una turista británica y luego la mataron a ella y a un compatriota suyo que la acompañaba en una apartada playa de la isla tailandesa de Koh Tao.

Invitados por los uniformados para formar parte de la recreación que tuvo lugar a principios de octubre, una periodista de la televisión británica y un curioso turista se tumban en la arena donde, según la confesión, los malhechores cometieron el crimen.

"Extrañamente me pidieron ser 'David Miller' (el varón asesinado) en la reconstrucción tailandesa (del crimen) de Koh Tao", publicó en su perfil de Twitter Jonah Fisher, corresponsal de la BBC en Birmania, tras rechazar la solicitud policial durante la recreación.

Saw, uno de los presuntos homicidas, levanta sus manos esposadas y finge golpear la cabeza del figurante ante la insistencia policial tal y como se supone que atacó con una azada al joven visitante instantes previos al asalto sexual contra la mujer.

Una recreación que sirve "para tener una idea de lo que sucedió", defiende Kissana Phathanacharoen, uno de los investigadores del crimen, en declaraciones al diario "Bangkok Post".

Los jóvenes, quienes en un principio admitieron los crímenes, se retractaron posteriormente de su confesión y alegan que sufrieron "torturas" para firmar su culpabilidad.

"Con la insistencia de recrear los delitos, la policía tailandesa demuestra los primitiva y pobres que son sus investigaciones y los pocos derechos que tienen los sospechosos en el sistema de justicia penal de Tailandia. Las recreaciones se basan a menudo en confesiones, que con frecuencia son obtenidas con palizas y torturas", señala a Efe Phil Robertson, subdirector para Asia de la organización Human Rights Watch.

Hace dos años la Policía tailandesa cesó durante unos meses del uso de presuntos autores en las reconstrucciones públicas de los crímenes por las quejas de que en algunos casos se manipulaban pruebas e inculpaba a los participantes aunque estos negaran los cargos.

No obstante, poco más tarde las autoridades regresaron al uso frecuente de las recreaciones con los supuestos criminales.

El suceso de Koh Tao, en parte por el tirón mediático al estar involucrados dos jóvenes occidentales, pone en entredicho la seguridad en el país y amenaza el ya desgastado sector turístico, una importante fuente de ingresos con cerca del 7 por ciento del PIB.

Sin embargo, la recomposición de los hechos es parte habitual de las investigaciones en Tailandia.

"Es un triste reflejo de la policía tailandesa que piensa que tales exhibiciones son creíbles y es una clara indicación de la debilidad del Estado de derecho en Tailandia", señala Robertson.

Hace unos meses, varios diarios publicados en el idioma local, más propensos al amarillismo, publicaron las instantáneas de cómo un varón de mediana edad recreaba frente a medios y autoridades el acto sexual con una muñeca hinchable en el lugar donde días antes había asaltado y violado a una muchacha.

"Popcorn gunman", el pistolero de las palomitas, se hizo famoso entre las personas que se manifestaban contra el Gobierno de la ex primera ministra Yingluck Shinawatra después de intervenir con pasamontañas y un rifle M16 escondido en una bolsa de maíz en un tiroteo con el fin de evitar la entrega de las urnas electorales.

Con amplia sonrisa, Wiwat Yodprasit, el nombre del mercenario contratado por la seguridad del movimiento antigubernamental, posó para las cámaras con su mano derecha simulando una pistola dentro de un saco de la misma marca que el utilizado tras su detención a finales de marzo.

Camisetas con el eslogan "Popcorn gunman" o la silueta del sicario se hicieron populares entre los manifestantes tras el violento incidente que causó la muerte de una persona.

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