Le Pen atrajo antes de la primera ronda a votantes de todos los partidos

París, 26 abr.- La líder Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, atrajo antes de la primera ronda de las presidenciales del pasado domingo a votantes que habían manifestado su intención de votar a todos sus contrincantes, y no solo al conservador Nicolas Sarkozy, indica un sondeo revelado hoy por el diario "Le Monde".

La ultraderechista, que logró para su partido un histórico 17,9 por ciento de los sufragios que la colocó en tercer lugar, pudo convencer a un 0,6 por ciento de personas que habían previsto decantarse por Sarkozy, una décima más de los que en un principio iban a apostar también por el socialista François Hollande.

La representante del FN atrajo igualmente a un 0,4 por ciento de electores que casi un mes antes se habían pronunciado respectivamente a favor del centrista François Bayrou y del izquierdista Jean-Luc Mélenchon.

La encuesta, realizada por los institutos demoscópicos Ipsos-Logica Business Consulting, siguió a un mismo panel de 4.075 personas en la recta final de la campaña para analizar los posibles cambios en sus intenciones de voto respecto a Le Pen, Bayrou y Mélenchon.

Contrariamente a lo que se podía pensar, la extrema derecha no atrajo solamente a sus filas al electorado de Sarkozy decepcionado "a última hora", puesto que solo un tercio de quienes apostaron por ella en las dos últimas semanas habían expresado su intención de votar al presidente saliente y candidato a la reelección.

El 22 de abril, según "Le Monde", optó por Le Pen casi el mismo porcentaje de electores que quince días antes se había decantado por Hollande, Bayrou o Mélenchon, convirtiéndola en la candidata que más se benefició, entre los aspirantes comparados, de esa dinámica de cambio.

Esta encuesta permite, a juicio del diario, anticipar la suerte de la segunda ronda, que se disputará el 6 de mayo, y en la que el socialista Hollande parece tenerlo a priori más fácil que Sarkozy.

"Le Monde" extrae esa conclusión del hecho de que Hollande fue capaz de atraer antes de la jornada electoral a personas que dos semanas antes eran partidarios de Bayrou o Mélenchon, mientras que Sarkozy vio cómo un porcentaje mayor de su electorado desertó en favor de Le Pen.