Los independentistas forman gobierno en Cataluña, Madrid en aprietos

  • Los independentistas de Cataluña escogen este domingo al presidente que deberá liderar su plan para separar esta región del noreste de España, mientras el país se encuentra sin gobierno y políticamente fragmentado tras las elecciones legislativas de diciembre.

En un sorprendente giro de los acontecimientos, el presidente regional saliente, Artur Mas, renunció el sábado a su reelección para facilitar una gran coalición de conservadores, progresistas y anticapitalistas que, con mayoría absoluta en el parlamento regional, proclame en 18 meses la independencia de Cataluña.

Este domingo por la tarde, el Parlamento catalán escogerá como sucesor de Mas a Carles Puigdemont, actual alcalde de Girona, feudo nacionalista a 100 km al norte de la ciudad, y empezará a andar una legislatura llamada a crear un severo conflicto con Madrid.

Mientras los independentistas concentran sus fuerzas, la cuarta economía de la zona euro se encuentra sin gobierno y con un tablero político muy fragmentado tras las elecciones del 20 de diciembre, ganadas por el presidente de gobierno conservador Mariano Rajoy pero lejos de la mayoría absoluta.

Con la región más rica del país y segunda más poblada en rebeldía, el gobierno en funciones insistió en la necesidad de que "el próximo gobierno de España cuente con una amplia base parlamentaria que garantice la estabilidad y la capacidad" para "hacer frente al desafío independentista".

El mensaje iba dirigido especialmente a los socialistas del PSOE, segunda fuerza nacional, contraria a favorecer la reelección de Rajoy. En cambio, coquetean con una alianza con la izquierda radical de Podemos que requeriría a fuerzas nacionalistas o independentistas de Cataluña y el País Vasco.

"En las próximas semanas la situación de la política catalana va a ser muy dura", dijo el líder catalán del Partido Popular de Rajoy, Xavier García Albiol. "Ahora más que nunca, Cataluña y España necesitan un gobierno fuerte", reclamó.

Una vez aparcadas sus divisiones ideológicas, los independentistas quieren poner en marcha el plan que prometieron aplicar tras las elecciones regionales del 27 de septiembre donde consiguieron una mayoría absoluta en la cámara regional (72 sobre 135 escaños) y un 47,8% de los votos.

Éste quedó plasmado en una resolución parlamentaria aprobada el 9 de noviembre con la que lanzaban un proceso de secesión y se declaraban insumisos a las instituciones españolas, especialmente al Tribunal Constitucional que pocas semanas despues declaró ilegal este texto.

Pero su estrategia estuvo a punto de fracasar por las discrepancias entre la coalición Juntos por el Sí (62 diputados), con conservadores y progresistas, y la izquierda radical Candidatura de Unidad Popular (10 diputados) que rechazaba como presidente a Artur Mas, a quien vinculan con corrupción y recortes sociales.

Finalmente, Mas dio un "paso al lado", como dijo, evitando así la convocatoria forzada de nuevas elecciones -las cuartas desde 2010 en esta autonomía- que podían hacer saltar por los aires su mayoría absoluta y el proceso independentista en esta región mediterránea de 7,5 millones de habitantes.

"Saben que si van a nuevas elecciones, su proyecto caería estrepitosamente", criticó la líder de la oposición, Inés Arrimadas, del partido centrista y antiseparatista Ciudadanos.

El pacto cerrado a última hora garantizará la estabilidad del próximo gobierno regional dado que obliga a la CUP a no dejar en minoría a los 62 diputados de la coalición frente a los 63 diputados de la oposición no independentista.

El parlamento votará sobre las 20H00 GMT la investidura de Puigdemont, que deberá formar en los próximos días su nuevo ejecutivo. Entre sus primeras leyes estarán la elaboración de una administración tributaria y una seguridad social propias.

dbh/pmr/jmr.

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