Los servicios de inteligencia dejan Defensa por primera vez en democracia

Madrid, 22 dic.- Los servicios de inteligencia, adscritos desde hoy al Ministerio de la Presidencia, han dependido orgánicamente del Ministerio de Defensa desde que el general Gutiérrez Mellado, en 1977, creó el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), que en 2002 se transformó en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

El actual CNI es el organismo público responsable de facilitar al presidente del Gobierno y al Gobierno de España las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar peligros, amenazas o agresiones contra la independencia o integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado y sus instituciones.

En cuanto a su financiación, el CNI tiene asignadas unas partidas presupuestarias anuales reservadas. El control de estos fondos se hace a través de la Comisión parlamentaria que controla los créditos destinados a gastos reservados y los miembros de esta Comisión son también los que conocen de los secretos oficiales.

Las actividades del CNI están reguladas por dos normas, la ley reguladora del CNI (11/2002) y la ley orgánica reguladora del control judicial previo del CNI (2/2002), aprobadas el 24 de abril de 2002.

Los datos integrados e interpretados se entregan a sus destinatarios, Ejecutivo o Fuerzas de Seguridad del Estado.

Los ministerios que más habitualmente reciben los informes del CNI son los de Exteriores, Defensa e Interior.

Hasta hoy, el CNI dependía orgánicamente de Defensa y su máximo responsable, con categoría de director-secretario de Estado, es Félix Sanz Roldán, exjefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD).

Durante la dictadura franquista convivieron varios servicios con funciones que se solapaban y eran dependientes de distintas instituciones como el Movimiento Nacional, Dirección General de la Seguridad, Guardia Civil, Alto Estado Mayor o los tres ejércitos.

Los conflictos estudiantiles de finales de la década de 1960 motivaron la creación de la Organización Contrasubversiva Nacional, embrión del Servicio Central de Documentación (SECED), fundado en 1972.

En 1977, tras la celebración de las primeras elecciones generales de la democracia y con Adolfo Suárez como nuevo presidente del Gobierno, el entonces vicepresidente para Asuntos de Defensa, Manuel Gutiérrez Mellado, crea el que sería el primer Servicio de Inteligencia de carácter nacional, el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), para sustituir al SECED, los servicios de información de Carrero Blanco, y a la Inteligencia Militar, situada en el Alto Estado Mayor de los Ejércitos.

Entonces orgánicamente se integró en el Ministerio de Defensa.

El golpe del 23F, en 1981, motivó que a partir de entonces se encomendara al CESID prevenir informativamente cualquier comportamiento de las Fuerzas Armadas que se saliera del marco constitucional y, en 1982, el Centro pasó a depender funcionalmente del presidente del Gobierno y orgánicamente de Defensa.

Durante este periodo, Emilio Alonso Manglano, militar de carrera, fue el director que más años se mantuvo al frente, entre 1981, tras la intentona golpista, y 1995, año el que presentó su dimisión.

Manglano fue condenado a seis meses de arresto dentro del caso de las "escuchas ilegales del CESID" -condena posteriormente anulada por el Tribunal Constitucional-, así como a tres años de cárcel por las escuchas practicadas a la sede de Herri Batasuna en Vitoria -absuelto posteriormente por el Tribunal Supremo.

Años después, en 2001 se otorgó el rango de secretario de Estado al director del CESID, cargo que recayó en el embajador Jorge Dezcallar, primer director civil en la historia del servicio.

Al año siguiente, el CESID desapareció para dar paso al actual CNI, aún con Dezcallar al frente, hasta que en 2004, fue sustituido por Alberto Saiz.

Saiz dimitió en 2009 y desde entonces Félix Sanz Roldán es su máximo responsable.