De Ciudad Lineal a Vallecas

Elecciones en Madrid: el disputado voto en los barrios del paro y la inmigración

Vox apuesta por arañar votos a la izquierda en los barrios populares, una estrategia que no se ha traducido en votos en la dimensión que espera el partido.

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Seguidores de VOX muestran banderas españolas durante el acto en el distrito de Puente de Vallecas, Madrid.
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El día de Jueves Santo los vecinos del madrileño distrito de Ciudad Lineal vieron atónitos cómo en su barrio se producía un enfrentamiento a tiros entre bandas latinas. Las imágenes pronto se hicieron virales en las redes, por inusuales en una ciudad como Madrid . Al día siguiente, la candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid en las elecciones del 4-M, Rocío Monasterio, acudía al barrio, rodeada por un puñado de vecinos, para asegurar que si llega al Gobierno "se acabará con esta inseguridad". Su propuesta: "controlar la inmigración ilegal", dado que se trata de bandas que, en su opinión, están compuestas por "inmigrantes ilegales a los que no se les está repatriando". 

Con esta presencia en la misma calle donde horas antes se había producido el tiroteo, la formación liderada por Santiago Abascal dejaba clara su estrategia de intentar 'pescar' votos en barrios obreros de la capital y en localidades del llamado 'cinturón rojo' de la Comunidad. Barrios y ciudades que siempre han sido un feudo tradicional de la izquierda y en los que se dan dos características comunes: tienen, habitualmente, las mayores tasas de paro y de población inmigrante -rondan el 15% de tasa de paro y el 20% de tasa de inmigración, cuando la media de la Comunidad de Madrid es varios puntos inferior en ambos parámetros-.

Un caldo de cultivo 'ideal' para dos de los mantras de la formación de extrema derecha: el trabajo para los "españoles" y "mano dura" contra la inmigración. Vox, como ya hizo, y con cierto éxito, en las pasadas elecciones catalanas trata de ‘pescar’ en el habitual caladero de votos de la izquierda emulando a otros partidos de extrema derecha europea como el Frente Nacional francés de Marine Le Pen o la Liga Norte de Matteo Salvini en Italia.

"Aquí el problema es el paro, y más ahora con la pandemia, no la inseguridad ni la inmigración"

La estrategia no es nueva en el partido. Hubo un adelanto en las elecciones generales de 2019, cuando el partido de Abascal alentó el espantajo de la inseguridad y la inmigración en el madrileño distrito de Hortaleza, donde se ubica un centro de acogida de menores inmigrantes. Allí, en Hortaleza, Vox cosechó cierto éxito cuando logró pasar del 14,26% del voto en abril de 2019 al 18,2% en la repetición de las elecciones del 10 de noviembre. En otros barrios de la capital tradicionalmente dominados por la izquierda, la subida de Vox fue similar. Así, en Carabanchel pasó de ser la quinta fuerza con 11,25% del voto a la tercera con el 15,42%; en Villaverde del 9,98% al 14,33%; en Usera del 10,09 al 14,68%; en Puente de Vallecas del 8,36% al 12,18% y en el mencionado distrito de Ciudad Lineal, del 12,2% al 15,58%. En muchos de estos barrios Vox ha logrado superar a Unidas Podemos en número de votos.

Ya lo dijo el 'número dos' de Vox, Ortega Smith, en el acto celebrado este pasado miércoles en el corazón de Vallecas y que acabó degenerando en un ejercicio de violencia propiciado por grupos "antifascistas" que protestaban por la presencia en 'su' barrio de la formación de ultraderecha: "El cinturón rojo será el cinturón verde". Una aspiración que muchos politólogos califican de "solución de emergencia, coyuntural más que estratégica” para Vox, visto el empuje de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso

"Mire", le decía una señora a Rocio Monasterio en su visita a Ciudad Lineal tras el tiroteo del Jueves Santo mostrándole sus manos, "yo salgo a la calle sin anillos. Me da miedo. Tienen que hacer ustedes algo porque no puede ser tanta inseguridad". "¿Dónde está la seguridad ciudadana, dónde está el Gobierno para atendernos, qué pasa con la Comunidad de Madrid, que está abandonada?", se preguntaba en voz alta otra de las asistentes, que no eran muchas, al 'paseo' de Monasterio por el barrio de Quintana, en Ciudad Lineal. Desde la 'Asociación Vecinal barrio Bilbao y Pueblo Nuevo', sin embargo, salen al paso para "condenar lo sucedido", el tiroteo, "pero también para contrarrestar el discurso oportunista que la ultraderecha está aprovechando".

Quien recorra las calles en las que se produzco el tiroteo el Jueves Santo se dará cuenta de que el panorama es similar al de cualquier otro lugar de estas características en un Madrid azotado por la pandemia: calles con poca actividad, muchos negocios cerrados y con el cartel de ‘se vende’ y un porcentaje aparentemente similar al de otros barrios de población inmigrante, sobre todo latinos. Pero llama poderosamente la atención un hecho: la gente no quiere hablar, tampoco fotos... Y cuando se le requiere su opinión agacha la cabeza, se parapeta en su mascarilla y la respuesta es casi siempre la misma: "Tengo prisa, otro día hablo".

Juan sí quiere hablar, pero con condiciones: “No pongas mi nombre verdadero ni me hagas fotos. Tengo un negocio y no quiero problemas. No quiero significarme públicamente". Juan regenta una carnicería que se encuentra a medio camino entre el mural feminista vandalizado el pasado 8-M y el lugar del tiroteo (en línea recta apenas hay 800 metros entre ambos puntos)."Sí es cierto que últimamente ha habido algunos problemas con bandas latinas por aquí, en el Parque Calero, en algunas calles... Pero en general no es un barrio inseguro. No más que otros. La convivencia entre todos es buena", asegura. "Aquí el problema es el paro, y más ahora con la pandemia, no la seguridad ni la inmigración", insiste.

Juan "siempre" ha votado a la izquierda, al PSOE, pero ahora no está seguro. "Estoy desencantado. Lo que no haré nunca es votar a la extrema derecha. Ni Vox, ni Podemos, ni Gabilondo, ni Ayuso. En el barrio estamos preocupados sí, sobre todo por la situación económica y también por sucesos como el del otro día con los tiros, pero aquí solo vienen los políticos como hienas cuando ven que pueden rascar algo. Todavía estoy esperando alguna idea, alguna iniciativa de algún partido para que mejore realmente la situación del barrio". Un barrio, según datos del INE, con una renta media por hogar de 37.000 euros, cuando esa misma renta es de 58.700 euros en el distrito de Salamanca o de 66.000 en Chamartín. En los distritos del Sur, en Carabanchel es de 28.700; Villaverde (27.500); Usera (26.500) y Puente de Vallecas, el barrio con renta por hogar más baja de la capital, apenas llega a los 25.500.

Pablo Simón, doctor en Ciencia Política, editor de ‘Politikon’ y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, decía este jueves, tras condenar "sin paliativos" la violencia ejercida contra Vox en el mitin de Vallecas, que "Vox apuesta claramente por arañar votos a la izquierda en los barrios populares. Esa es su estrategia, pero hasta ahora no ha visto esta estrategia traducida en votos en ese caladero, al menos en la dimensión que ellos esperan. La extrema derecha española no es como la francesa o la italiana”. Vox "es un partido tradicional de derecha radical populista. Pero es más parecido al Frente Nacional de Le Pen padre que al de Le Pen hija. Vox es ultraliberal en lo económico, con un fuerte componente católico y duro con la inmigración. La extrema derecha europea de segunda ola, ya sea en Francia o Italia, ha incluido en lo económico un guiño a las clases populares y siguen siendo muy tradicionales en lo cultural, pero toman el mensaje de la izquierda de la redistribución, aunque sólo sea para los que son del país. Esto les permite crecer en un caladero votos que era de la izquierda”. Como, por ejemplo, hizo Donald Trump en las elecciones de 2016, cuando cimentó su asalto a la Casa Blanca en una auténtica marea de votos recibida en las ciudades industriales del ‘cinturón de óxido’ norteamericano, azotadas por el paro y la crisis económica. Su fórmula, la misma que ahora practica Vox: trabajo para los nacionales y mano dura contra la inmigración.

En Vallecas, en las últimas elecciones generales, y tomando en consideración los dos distritos del barrio, Puente de Vallecas y Villa de Vallecas, la izquierda, con más de 102.000 votos, casi dobló en sufragios a la derecha, 56.000. De ellos, 21.600 fueron a parar a Vox, que casi logra el ‘sorpasso’ al PP, que se quedó en 23.170. Dos jubilados, Francisco y Luis, de Vallecas "desde que vinimos a principios de los 60 de Extremadura y Andalucía", coinciden, sentados en un banco del boulevard, en que "aquí la mayoría somos de izquierdas y otra vez ganará la izquierda, aunque seguro que subirá la derecha y Vox", pero también en que "estamos muy abandonados por todos los partidos políticos. Nadie hace nada. Sólo aparecen cuando hay elecciones”. Luis y Francisco también coindicen en que ellos "nunca" votarán a Vox, aunque reconocen que “ahora hay más gente que antes que les vota por aquí”. Es el disputado voto de los barrios. Una de las claves del 4-M.

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