Merkel busca consenso para un salario mínimo acorde con demandas de industria

  • La canciller alemana, Angela Merkel, se comprometió hoy a que la prevista implantación de un salario mínimo interprofesional no actúe en detrimento del mercado laboral, tal como han advertido los representantes de la gran industria del país.

Berlín, 15 mar.- La canciller alemana, Angela Merkel, se comprometió hoy a que la prevista implantación de un salario mínimo interprofesional no actúe en detrimento del mercado laboral, tal como han advertido los representantes de la gran industria del país.

La gran coalición que lidera está en un "proceso de discusión muy intenso para evitar precisamente esto", indicó la canciller en su mensaje semanal por vídeo, en relación con el proyecto de ley que prepara su ministra de Trabajo, la socialdemócrata Andrea Nahles.

Merkel sale así al paso de las advertencias lanzadas tanto por algunos expertos como la Federación de la Industria Alemana (BDI), en contra de los planes de Nahles de imponer por ley un salario mínimo interprofesional.

La promesa de introducir en Alemania un mínimo de 8,5 euros por hora trabajada en todos los sectores, fue el principal caballo de batalla del Partido Socialdemócrata (SPD) en las generales de 2013 y su principal condición en las negociaciones con el bloque conservador de Merkel que derivó en la firma del pacto de coalición.

Nahles se propone presentar a principios de semana su primer esbozo al Consejo de Gobierno, lo que se espera con expectación en Alemania por los recelos que previsiblemente deberá afrontar desde la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel.

Alemania es de los pocos países de la UE que, hasta ahora, no tiene estipulado por ley un salario mínimo.

Durante años se consideró -incluso por parte del SPD- que no era preciso y se preservó el principio de la autonomía en las negociaciones salariales.

Sin embargo, las cifras estadísticas según las cuales unos ocho millones de trabajadores en Alemania perciben sueldo bajos o muy bajos dispararon las alarmas sobre la creciente precarización laboral del país.

En algunos sectores -como gastronomía, peluquerías o comercio minorista- se está trabajando por 5,5 euros la hora o incluso menos, mientras crece la proporción de alemanes que, pese a trabajar en régimen de jornada completa, precisan un segundo empleo.

Merkel alude en su mensaje semanal a la opinión del BDI, según el cual la implantación de ese mínimo podría derivar en la destrucción de empleo y, con ello, poner en peligro la buena salud del mercado laboral alemán, cuyo índice de desempleo -un 6,8 %- está por debajo del de la mayoría de sus socios de la UE.

"Trabajamos en el proyecto para que algo así no vaya a ocurrir", promete la canciller.

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