Negociadores sobre cambio climático se reúnen en Bonn para avanzar hacia acuerdo

  • A menos de 100 días de la conferencia internacional de París sobre el clima, una nueva ronda de negociaciones tendrá lugar la próxima semana en Bonn para avanzar hacia un acuerdo que limite el calentamiento climático.

"Hay que acelerar el ritmo de las negociaciones", avisó el miércoles el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Durante cinco días, del 31 de agosto al 4 de septiembre, los representantes de los 195 países firmantes de la convención de la ONU sobre el clima estudiarán un nuevo texto elaborado durante el verano (boreal).

Se supone que ese documento, base de las negociaciones para un anteproyecto de acuerdo, es más claro que el anterior, aunque mantiene las opciones abiertas para que todo pueda ser debatido.

Hoy más que nunca, es urgente actuar. La Tierra batió nuevos récords de calor en julio, con unas temperaturas mensuales sin precedentes desde que se empezaron a registrar en 1880, y los siete primeros meses de 2015 fueron los más calurosos en los anales.

Los compromisos nacionales de reducción de gases de efecto invernadero anunciados hasta la fecha -por unos 60 países responsables de casi el 70% de las emisiones- no permitirán cumplir con el objetivo de limitar el calentamiento climático a un alza de dos grados centígrados.

En junio, la anterior ronda de negociaciones sólo había permitido retocar levemente el texto de la negociación y los participantes habían encargado a los dos copresidentes de los debates que aclararan el documento.

"Los copresidentes han conseguido grandes avances", celebró la negociadora francesa Laurence Tubiana. "Ahora hay que reducir las opciones" posibles, añadió.

No será sencillo. "A veces tenemos ocho o nueve opciones" por tema, asegura Pierre Cannet, de la ONG WWF Francia.

La tercera parte del texto, que recoge los temas más espinosos, contiene "muchas cosas", según Alden Meyer, del laboratorio de ideas Union of Concerned Scientists.

Entre los temas pendientes figuran el reparto de los esfuerzos entre los países ricos -los que, históricamente, emitieron más gases de efecto invernadero- y los países pobres y emergentes.

Una primera parte del documento negociado, la más breve, precisa lo que podría incluirse en el acuerdo definitivo de París y otra recoge los aspectos específicos que podrían ser abordados durante la conferencia en la capital francesa.

Si los negociadores consiguen desplazar algunos temas sobre los que no hay consenso hacia las partes 1 o 2, "sería estupendo", considera Liz Gallagher, de la ONG E3G.

Una reunión ministerial, que reunió a unos 50 países en julio en París, permitió "progresos" sobre algunas cuestiones claves como la necesidad de un acuerdo permanente y de crear un mecanismo regular para actualizar los compromisos colectivos para reducir los gases de efecto invernadero, según Tubiana.

Falta por ver si esos avances "empezarán a traducirse en las posturas de los países en el texto y si un sentido del compromiso o del consenso se impondrá en algunas cuestiones", dice Meyer.

Los dos procesos -los encuentros a nivel político y las negociaciones de la ONU- "deben integrarse bien y alimentarse mutuamente", asegura, convencido de que la "orientación tendrá que ser marcada por ministros y dirigentes" políticos.

París acogerá una nueva reunión entre ministros, los días 6 y 7 de septiembre, tras las negociaciones en Bonn.

Y otros encuentros internacionales seguirán, como el que mantendrán varios jefes de Estado y Ban Ki-moon el 27 de septiembre en Nueva York, o las asambleas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en octubre en Lima.

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