Noruega divisa giro conservador que podría llevar a ultraderecha al gobierno

  • La derecha noruega acaricia un triunfo en las elecciones legislativas de este lunes que le permitiría recuperar el poder perdido en 2005 y podría significar, por primera vez, la entrada en el gobierno como socio minoritario del ultranacionalista y xenófobo Partido del Progreso.

Copenhague, 7 sep.- La derecha noruega acaricia un triunfo en las elecciones legislativas de este lunes que le permitiría recuperar el poder perdido en 2005 y podría significar, por primera vez, la entrada en el gobierno como socio minoritario del ultranacionalista y xenófobo Partido del Progreso.

Dos años después de los atentados cometidos el 22 de julio de 2011 por el ultra Anders Behring Breivik, en los que murieron 77 personas, los noruegos parecen decididos a acabar con ocho de gobierno de la coalición "rojiverde" del laborista Jens Stoltenberg.

Los sondeos otorgan una cómoda ventaja de más de diez puntos al bloque opositor y colocan a las puertas del poder a la líder del Partido Conservador, Erna Solberg, aunque la formación de gobierno podría enredarse porque difícilmente lograría mayoría absoluta sólo con la ultraderecha, y necesitaría el apoyo también de liberales y cristianodemócratas.

Las diferencias, sobre todo en inmigración, entre el Partido del Progreso y estas dos últimas formaciones auguran una convivencia complicada, aunque todos están dispuestos a sentarse a negociar.

Las encuestas le pronostican una caída sensible y la pérdida de la condición de segunda fuerza, pero el Partido del Progreso -en el que Breivik militó años atrás pero que dejó por moderado- se sabe indispensable en cualquier combinación y solo apoyará un gobierno del que forme parte, algo que sería histórico en Escandinavia.

El Partido Popular Danés, que ha servido de espejo al resto de formaciones anti-inmigración en los países nórdicos, fue el socio clave del gobierno liberal-conservador de Dinamarca una década (2001-2011), pero nunca formó parte de un gabinete.

El impulso del Partido Laborista, tradicional dominador en Noruega, ha permitido una ligera remontada de los "rojiverdes" en los sondeos de los últimos días, pero no parece suficiente, sobre todo porque los dos socios menores -Izquierda Socialista y centristas- no acompañan.

Y la aparición de "Los Verdes", un nuevo partido que dice estar al margen de los dos bloques, les ha restado apoyo en los sondeos.

A diferencia de en 2005 y 2009 no ha habido actos conjuntos, una estrategia que obedece al deseo de ofrecer una imagen de renovación, pero ni la buena situación económica, ni el bajo desempleo (menos del 4%), ni el gancho del primer ministro parecen ser suficientes.

El propio Stoltenberg protagonizó un vídeo con cámara oculta haciendo de chófer por Oslo que fue un éxito mundial en las redes sociales, pero la ocurrente iniciativa no ha cambiado la tendencia.

No obstante el primer ministro no se rinde y ha movilizado la maquinaria de su partido para tratar de convencer a los indecisos, erigiéndose en defensor del Estado de bienestar frente a las privatizaciones y bajadas de impuestos de la derecha y tratando de explotar las disensiones internas de la oposición.

El Partido Conservador ha rebajado su perfil, asegurando que la bajada de impuestos será modesta y usando eufemismos como "libertad de elección" para hablar de privatizaciones en sanidad y educación.

La tragedia del 22 de julio de 2011 también ha estado presente en campaña, aunque de manera secundaria, después de que Stoltenberg cuestionara la capacidad de liderazgo de Solberg por no unir a la derecha.

Voces conservadoras atacaron entonces al primer ministro, aludiendo a las críticas vertidas contra el Gobierno por el informe de la comisión parlamentaria sobre los atentados, que reveló fallos en el operativo policial y deficiencias graves de seguridad.

Incluso su portavoz de Justicia, André Oktay Dahl, sugirió que toda habría sido distinto con Solberg en el poder, una afirmación que provocó que los cristianodemócratas salieran en defensa de Stoltenberg, cuyo papel en defensa de la democracia y la diversidad había sido elogiado unánimemente tras los atentados.

Las disensiones internas y la mala imagen que se apuntaba en los sondeos hicieron frenar en seco al Partido Conservador, temeroso de salir perjudicado de un debate sobre un tema tan sensible.

Las elecciones legislativas, que permiten abrir también los colegios mañana domingo en algunas zonas, incluyen por primera vez la posibilidad de votar por Internet en doce ayuntamientos que representan a un cuarto de millón de electores de los algo más de 3,5 millones que tienen derecho a participar.

Los comicios coinciden con los del Parlamento Sami, institución consultiva que representa a la minoría del norte del país, e incluyen en Oslo una referendo consultivo sobre si la capital debería presentar candidatura a las Olimpíadas de Invierno 2022.

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