Los padres de Laura Luelmo exigen al Estado que les pida perdón por su fracaso

  • Aseguran que las instituciones no han garantizado "el derecho a la vida y a la integridad física de nuestra hija al exponerla a un ser monstruoso". 
La Guardia Civil se traslada a la calle donde vivía Laura Luelmo en El Campillo
La Guardia Civil se traslada a la calle donde vivía Laura Luelmo en El Campillo
A. Pérez - Europa Press

Los padres de Laura Luelmo, la joven profesora que fue violada y asesinada en El Campillo por un agresor reincidente, ha roto su silencio casi mes y medio después de la trágica noticia. Se han dirigido al Estado para criticar su fracaso "estrepitoso" a la hora de garantizar el derecho a la vida de su hija y piden "cuando menos una petición pública de perdón". 

A través de una carta que han dirigido a las cortes de Castilla y León, que recoge el diario ABC, los padres de la profesora agradecen las muestras de afecto y los minutos de silencio en honor a su hija, pero piden que los políticos se sienten y piensen para que el Código penal recoja un castigo "real y duro" para estos delitos y que no sean "solo públicamente reprobados". El fin es que "los asesinos y violadores reincidentes que no tienen ni han mostrado su voluntad de recuperación no puedan seguir violando y matando, y las penas por este tipo de delitos se cumplan íntegras", han escrito. 

Desde que el pasado diciembre se conociese la noticia del fatal desenlace de la profesora zamorana, la familia no se ha pronunciado ni ha  aparecido públicamente. Únicamente, la abogada de la familia, Patricia Catalina, también delegada en Andalucía de la asociación Clara Campoamor, habló con los medios para confirmar que pedirían para el asesino confeso prisión permanente revisable, que es la máxima pena privativa de libertad que existe en el Código Penal español.

La familia, a diferencia de otros familiares que han hecho campaña pública a favor de la prisión permanente revisable, no nombra en ningún momento esta condena y se centra en el debate de la reinserción, sobre la que piden una reflexión. "Los monstruos y seres perversos no pueden convivir en una sociedad a la que odian y contra la que van a seguir actuando", han defendido. 

Tras hallar el cuerpo de Laura Luelmo a varios kilómetros de la casa donde que había alquilado en El Campillo (Huelva), Bernardo Montoya, que vivía en frente, fue detenido. Montoya fue uno de los principales sospechosos desde el principio dado su historial delictivo, ya que apenas unos meses antes acababa de salir de la cárcel. Precisamente esta circunstancia de nula reinserción es la que más polémica creó. El asesino confeso había obtenido la libertad tras cumplir una condena por asesinato, pero, sin embargo, no estaba rehabilitado. 

Montoya salió de prisión el pasado mes de octubre tras cumplir condena por el asesinato de una mujer de 81 años en 1995 en Cortegana (Huelva) y dos robos con fuerza. Fue condenado a 18 años de prisión en 1997 por el asesinato de Cecilia Fernández Díaz, una anciana de 81 años, que iba a declarar contra él en un juicio de lesiones.

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