Pedro Sánchez, "el guapo" socialista español que se opone a Rajoy

  • Pedro Sánchez, secretario general del Partido Socialista Obrero Español, es un político determinado que, oponiéndose a la investidura del conservador Mariano Rajoy, se presenta como garante de un cambio seguro frente a la inexperiencia de los nuevos partidos.

El PSOE es "el único partido que garantiza el cambio", insistió una y otra vez durante la campaña, frente a la amenaza creciente del izquierdista Podemos y del centrista Ciudadanos.

Profesor de economía, de 43 años, tomó las riendas del partido en julio de 2014 tras ser elegido en primarias para sustituir a Alfredo Pérez Rubalcaba.

De 1,90 de estatura, cabello y mirada oscuros, "Pedro el guapo", como lo llaman medios españoles, encarnó entonces la renovación frente a otros candidatos más implicados en el aparato del partido.

"Mi único aparato es el Peugeot 407 con el que he viajado 40.000 kilómetros en los últimos ocho meses y mis aliados son la carretera y los militantes", afirmaba recientemente.

"Basta ya de complejos", exclamaba un hombre que se esfuerza por oponer una imagen fresca y dinámica a la figura más tradicional de Rajoy, de 60 años.

Apoyado en la imagen de padre ideal que pintan sus allegados y su mujer Begoña, madre de sus dos hijas, Sánchez es, según cuentan, un hombre determinado.

Una determinación con la que superó críticas internas de autoritarismo y de manejar el partido a su antojo cuando poco después de llegar a la secretaría general destituyó al líder socialista de Madrid, Tomás Gómez, o cuando aceptó en las listas del PSOE a Irene Lozano, que había atacado violentamente a los socialistas como diputada del liberal UPyD.

En sus alocuciones públicas multiplica las sonrisas, sus manos no paran y no deja de pasear su mirada a un lado y a otro.

"Su capacidad de expresión constituye un exotismo en la España democrática", afirmaba la revista masculina GQ, que lo comparaba al primer ministro italiano Matteo Renzi.

En sus mítines fustigó las políticas de la derecha que han creado "más desigualdad" y "paro", aunque su principal ataque fue la corrupción que afecta a miembros del partido de Rajoy, llegando a salpicar al jefe del ejecutivo.

"El presidente del gobierno, señor Rajoy, debe de ser una persona decente y usted no lo es", le espetó Sánchez al presidente del gobierno saliente durante el debate electoral.

Fue "el mayor ejercicio de macarrismo (matoneo) político a la desesperada", consideró la número dos del ejecutivo español, Soraya Sáenz de Santamaría, mientras algunas voces achacaron a este debate el puñetazo en la cara que un muchacho de 17 años asestó a Rajoy dos días después, por considerar que justificaba la falta de respeto a la figura del jefe de gobierno.

"La política es un ejercicio noble que implica contundencia en las críticas", contestó Sánchez.

Hijo de un empleado del sector financiero, militante socialista, y una funcionaria de la Seguridad Social, estudió en el Instituto Ramiro de Maetzu de Madrid, donde jugó hasta los 21 años en su equipo de baloncesto, el Estudiantes, y posteriormente se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense.

"Siempre le apasionó" la política, contaban antiguos compañeros al diario El País.

Se afilió al Partido Socialista a los 18 años y fue diputado socialista por Madrid de 2009 a 2011 y de nuevo a partir de 2013 en sustitución de un parlamentario que dejó el puesto. Anteriormente, había sido concejal en el ayuntamiento de la capital entre 2004 y 2009.

Habla inglés y francés, obtuvo un máster en economía política en Bélgica y fue jefe de gabinete de un representante de la ONU en Bosnia durante la guerra de Kosovo.

Tras ser nombrado secretario general se empeñó en reactivar un partido al que los ciudadanos habían castigado en las elecciones de 2011 por su gestión de la crisis económica otorgándole solo 110 diputados, su peor resultado hasta entonces.

Los conservadores ganaron por mayoría absoluta aquellos comicios y justificaron sus duras políticas de austeridad por la herencia recibida de los socialistas.

Sánchez se propuso dar la vuelta a esta situación, sin embargo, en las legislativas de este domingo su formación perdió 20 diputados más.

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