La nueva Moncloa de Sánchez: running, helicóptero y con cancha de baloncesto

  • El presidente se instala en la residencia presidencial y una de sus primeras preguntas ha sido preguntar cómo puede practicar deporte.
Pedro Sánchez corriendo por Huelva.
Pedro Sánchez corriendo por Huelva.
EFE
Pedro Sánchez corriendo por Huelva.
Pedro Sánchez corriendo por Huelva / EFE

Pedro Sánchez y su familia siguen, poco a poco, instalándose en La Moncloa, pero el presidente del Gobierno ya tiene claro cuál va a ser su fórmula para desconectar de sus labores diarias: el deporte. Para practicarlo ya está pensando en una rutina similar a la que mantenía Rajoy durante los seis años y medio que pasó en el complejo. Su afición es el running, algo que ha ido mostrando en sus diferentes visitas a las agrupaciones del PSOE en su segunda etapa como secretario general del partido.

La práctica del running por parte de Pedro Sánchez viene de lejos. Mientras ha dirigido el PSOE solía salir por las mañanas, prácticamente de madrugada, a correr por la Casa de Campo de Madrid, como demostró a Jesús Calleja en un programa de televisión. Hiciera frío o calor, el socialista a la carrera ha visto amanecer muchos días al trote en las próximidades de su antiguo domicilio, tal y como mostraba en las redes sociales: 

Ahora, su intención es mantener esta afición en Moncloa. De hecho, una de las primeras preguntas que hizo el día que pisó como jefe del Ejecutivo el recinto reservado para la familia presidencial fue preguntar dónde estaba el gimnasio. En el complejo hay tres instalaciones deportivas: una para funcionarios, otra para cargos y una pequeña habitación reservada para el presidente y donde Rajoy tenía una cinta de correr. No la usó mucho, ya que su hobby era andar a buen ritmo casi siempre por el exterior, entre los frondosos árboles de palacio.

El presidente Sánchez podrá completar sus entrenamientos (no le gusta competir en carreras oficiales) en uno de estos gimnasios de Moncloa y quizá escaparse algún día junto a sus escoltas a la cercana Casa de Campo, donde precisamente Rajoy ya ha comenzado a caminar a un ritmo alegre por las mañanas en esta nueva etapa de su vida. Fuentes del equipo del nuevo presidente aseguran que el running le sirve "para pensar" y para encarar mejor sus nuevas responsabilidades.

En Moncloa, además, se preparan para el retorno del famoso helicóptero presidencial. Rajoy no lo ha usado durante sus dos mandatos. El accidente que tuvo en la plaza de toros de Móstoles le hizo rechazar este medio de transporte aéreo, de modo que únicamente Soraya Sáenz de Santamaría recurría a él en ocasiones puntuales. Ahora, con Sánchez, el Aerospatiale AS332 modelo Super Puma del ala 48, 402 Escuadrón de las Fuerzas Aéreas se prepara para realizar vuelos tanto de la residencia presidencial al aeropuerto de Barajas o la base de Torrejón de Ardoz, como a otras ciudades españolas. 

Sánchez también tiene a su disposición una cancha de baloncesto en Moncloa que, como buen aficionado a este deporte, podrá usar cuando quiera. Se trata de una instalación ubicada en la zona de palacio y restringida al acceso de funcionarios o trabajadores del complejo, pero que se encuentra lista para tirar a canasta y emular sus días en el Estudiantes. Rajoy no tocó esta cancha que levantó José Luis Rodríguez Zapatero en su día y a la que acudían amigos del presidente, desde empresarios a periodistas, con los que jugaba algún que otro partido. Antes, Aznar había montado allí una pista de pádel y Felipe González tenía por esa zona la famosa "bodeguilla" y su colección de bonsáis.

Estos son algunos cambios en la nueva Moncloa en una etapa en la que se están produciendo algunos problemas a la hora del traspaso de poderes. El gabinete de Sánchez no está acostumbrado al ritmo de trabajo en la presidencia del Gobierno y ya ha habido algún error de coordinación. Por ejemplo, durante uno de los encuentros que el nuevo jefe del Ejecutivo ha mantenido estos días se tuvo que recurrir a antiguos colaboradores de Rajoy para preparar la reunión. Había, aseguran, cierto desconocimiento sobre los asuntos que debía tratar Sánchez con sus interlocutores.

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