Por qué Podemos eligió L'Estaca de Lluís Llach para despedir su asamblea

"Siset, què no veus l'estaca on estem tots lligats?" "¿No ves la estaca en la que estamos atados todos?" Así dice uno de los versos de la canción que el cantautor Lluís Llach convirtió en himno antifranquista en los estertores de la dictadura: L'Estaca. Tenía 20 años cuando la compuso, envuelto en los ecos del mayo del 68 francés.

No es casual que la nueva formación política Podemos decidiera finalizar su asambleadel pasado fin de semana con estos versos en lengua catalana. Aunque fueron escritos para denunciar la opresión política de una dictadura, el paralelismo con la situación actual resulta ineludible. Sobre todo, teniendo en cuenta que el discurso de Podemos identifica a la 'casta de los partidos políticos' como un régimen pétreo que se mantiene a costa de los ciudadanos.

Juan Carlos Monedero, uno de los promotores y portavoces de la formación, declaró a lainformacion.com que "en Podemos somos conscientes de que nos falta un himno: tenemos que buscarlo; pero mientras tanto queríamos que nuestras asambleas finalizasen con una canción".

Los responsables del partido se debatían entre buscar algo nuevo o "hacer un gesto a la continuidad de las luchas".Campanades a morts

Hace un mes, Monedero presentó en Madrid una película sobre Lluís Llach titulada "Campanades a morts", basada en los sucesos de Vitoria en 1976. Allí volvió a recordar y a cantar L'Estaca. "Se me ocurrió que incluirla al final de la Asamblea sería un gesto hermoso para la gente que ahora quiere decidir en Cataluña, para la gente mayor que aún recordaba cómo nos unieron a todos aquellos sucesos, y para que los más jóvenes sepan que nuestra lucha es heredera de aquellas que se libraron hace cuarenta años".

En Podemos destacan otra fortaleza de L'Estaca: "Lacapacidad de unir a catalanes y españolesen pos de un objetivo común: la lucha contra la cerrazón de la 'casta' política. Hasta el punto que los españoles se abrazan y se ponen a cantar en catalán".

"Si no podem desfer-nos-en mai no podrem caminar!"
(Si no podemos deshacernos de ella (la estaca) nunca podremos caminar).

"L'Estaca se había utilizado en algún acto de campaña", pero de forma aislada, explica Luis Giménez, encargado de prensa de la formación violeta.

Algunos integrantes proponían buscar algún himno o canción señera del movimiento. Rápidamente L'Estaca se colocó en todas las quinielas, por su simbolismo histórico y por lo que significó para una generación que luchó por la libertad y la democracia en España durante el tardofranquismo y la Transición. "No es un himno oficial ni mucho menos, pero está claro que gusta mucho a la gente", comentan desde Podemos.

No extraña, por tanto, que la canción emocione especialmente a los simpatizantes de edad más veterana, de 45 hacia arriba, como se vio en la Asamblea del pasado fin de semana. "Vi a mucha gente llorando, muchísima", cuenta Juan Carlos Monedero. "Me han llegado muchos mensajes de gente que pudo palpar en ese momento la continuidad de sus luchas juveniles".

"Però, Siset, fa molt temps ja, les mans se'm van escorxant, i quan la força se me'n va ella és més ampla i més gran".
(¡Pero, ha pasado tanto tiempo así ! Las manos se me están desollando, y en cuanto abandono un instante, se hace más gruesa y más grande).

Así como otras canciones de protesta emblemáticas, como 'Al Vent', de Raimon, o el 'Canto a la Libertad', de Labordeta, 'L'Estaca' de Llach se convirtió a finales de los sesenta y durante la década siguiente en un símbolo de la lucha contra la falta de libertad, los abusos de poder y el totalitarismo.

El mismo cantautor tuvo que sufrir lo suyo para cantar este tema con tranquilidad. Incluso se le prohibió entonarla en sus conciertos. Pero de poco le sirvió al régimen.

Debido a la popularidad de este tema, los asistentes a sus conciertos lo cantaban a coro sin necesidad de que el artista abriese la boca. Así sucedió durante un recital del año 69 en el barcelonés Palau de la Música. Llach se quedó callado en el escenario, cumpliendo una orden de las autoridades. Y el público la cantó 'a capella'. Una vez más, el veto no sólo provocó el efecto deseado, sino que empujó los ánimos de quienes la escuchaban hacia un mayor compromiso democrático.Ataques de un "rojo y separatista"

A raíz de su debut en Madrid el 7 de diciembre de 1970, las autoridades comenzaron a hostigarle. Según explica su página oficial, prohibieron sus conciertos bajo la acusación de "revolucionar al público con la mirada". La policía no veía nada bien su catalanismo político ni toleró las críticas que lanzó al régimen franquista durante un festival de música celebrado en la ciudad cubana de Varadero.

Cuando volvió a Cataluña, Llach leyó que la prensa del régimen calificaba sus denuncias como "ataques rojos y separatistas de un cantante catalán". Entonces decidió exiliarse a París.

"Si estirem tots, ella caurà i molt de temps no pot durar; segur que tomba, tomba, tomba ben corcada deu ser ja".
(Si tiramos fuerte, la haremos caer. Ya no puede durar mucho tiempo.Seguro que cae, cae, cae, pues debe estar ya bien podrida).

Según Monedero, esta canción trae a nuestra memoria "un tiempo donde sabíamos que éramos un país de países, un tiempo donde nos atrevimos a salir de la dictadura". En alocución que dirigió a los asistentes al Palacio de Vista Alegre de Madrid, Monedero proclamó "la hora de tumbar este régimen, que está dejando de llamarse democracia". Y añadió que "por eso debemos cantar esta canción que dice que hay que tumbar a este régimen actual".

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