Jerusalén, 9 jun.- El primer ministro del Gobierno de unidad palestino, Rami Hamdala, exhortó hoy a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) a redoblar sus esfuerzos en la franja de Gaza y en el campo de Yarmuk, en Siria.
Así lo expresó en una reunión que mantuvo hoy en su Oficina de Ramala con una delegación de la UNRWA, encabezada con el comisionado general de la agencia, Pierre Krahenbuhl.
De acuerdo a un comunicado de prensa remitido por el Gobierno palestino, Hamdala urgió a la UNRWA a hacer mayores esfuerzos para que pueda llegar ayuda a la franja de Gaza, así como a los campos de refugiados palestinos en Siria, al igual que a los desplazados de ese país y que se han visto obligados a radicarse en Líbano.
El primer ministro palestino alabó asimismo los esfuerzos que realiza la agencia de la ONU en apoyo de los refugiados palestinos, en particular en los terrenos de la educación y sanidad, y llamó a la comunidad internacional a que presione a Israel para que levante el bloqueo que impone a la franja desde 2007.
Durante la reunión, ambas partes abordaron la importancia del apoyo y el desarrollo de proyectos en los campos de refugiados en Cisjordania, así como en la diáspora, especialmente en Siria.
Krahenbuhl subrayó la necesidad de que se abra la terminal fronteriza de Rafah, en el extremo sur de la franja de Gaza y limítrofe con Egipto, a fin de que puedan fluir libremente personas y bienes.
Incidió en la necesidad de continuar la comunicación con el Ejecutivo palestino a fin de poder mejorar la situación en los campos de Siria, especialmente en el castigado Yarmuk.
El responsable de la UNRWA reveló que su personal ha regresado a la actividad normal en los territorios palestinos y precisó que aún se mantiene abierto el debate en torno al aumento de salarios de los funcionarios de la agencia con sede en Jerusalén y Gaza.
El pasado mes de diciembre unos 5.000 trabajadores de la UNRWA se movilizaron para pedir una subida salarial y la readmisión de 55 compañeros despedidos, lo que derivó en una huelga de unos dos meses, a la que se sumaron varios empleados en huelga de hambre.
La agencia adujo entonces que, debido a la situación regional, se habían producido recortes en el presupuesto que recibía, y que los despedidos tenían contratos temporales que concluyeron.
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