Rajoy defiende sus objetivos “claros e irrenunciables” y reprocha al psoe la dificultad de alcanzar acuerdos


El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió este martes sus objetivos “claros e irrenunciables” para sacar a España de la crisis y reprochó al PSOE su falta de voluntad para llegar a acuerdos sobre asuntos fundamentales, como la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
Esa fue la respuesta de Rajoy en la sesión de control al Gobierno en el Senado, al ser preguntado por el portavoz socialista, Marcelino Iglesias, por la conveniencia de aproximarse a organizaciones sociales y fuerzas políticas para recuperar consensos rotos.
Antes de entrar al salón de plenos del Senado, el presidente se negó a responder a las preguntas de los medios de comunicación sobre la situación de la deuda española y la escalada de la prima de riesgo. Lo mismo hizo al salir, e incluso desvió su trayectoria y salió por otra puerta para esquivar a los periodistas.
En la sesión, Iglesias denunció la “descoordinación” y las “contradicciones” en las que incurrió el Gobierno al anunciar reformas en sanidad y educación, y aludió al “caos” y al “pánico” del que hablaban algunos analistas para explicar esas medidas.
Iglesias subrayó que el propio Rajoy se había comprometido “hace bien poco tiempo” a que los ajustes no afectaran a las pensiones, a la sanidad ni a la educación, una posición “sensata” que nada tiene que ver con el “lío” visto pocas horas antes.
Aunque la victoria del PP en las elecciones fue “legítima”, Iglesias denunció que las ganó prometiendo cosas muy distintas a las que está haciendo y presentado el mero cambio como una “panacea” para recuperar la confianza.
Sin embargo, tras el cambio de Gobierno “todos los parámetros se han derrumbado”, aseguró Marcelino Iglesias, ya que España ha entrado en recesión, ha crecido el déficit, la deuda y el diferencial, y sigue aumentando el paro.
Mientras, el Gobierno hace lo contrario de lo que prometió, aumenta los impuestos y aprueba una amnistía fiscal “injusta” que coloca a los defraudadores al mismo nivel de tributación que quienes no llegan a ser mileuristas.
La pregunta que Iglesias había presentado por escrito se ceñía a la reforma laboral, y Rajoy se aferró a ello para limitarse a responder que fue convalidada por el Congreso por ser “un instrumento decisivo” para la creación de empleo cuando empiece a crecer la actividad.
Reiteró el argumento de que el anterior gobierno también reformó el mercado laboral con la consecuente huelga general y sin aceptar ninguna de las enmiendas presentadas en su momento por el PP.
Entonces el ahora secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, avanzaba que la reforma no se tocaría y ahora el Gobierno está dispuesto a escuchar aportaciones siempre que sean positivas para los intereses generales, manifestó Rajoy.
El problema del PSOE, sentenció el presidente del Gobierno, es que no puede construir su discurso “como si no hubieran hecho nada ni hubieran pasado por el Gobierno”, porque la única diferencia es que en aquella ocasión él lamentó el daño “imborrable” que la huelga general hacía a España y eso ahora “no ha ocurrido con ustedes”.
Rajoy apeló a declaraciones del propio Iglesias proclamando su solidaridad con los huelguistas e incluso avanzando fórmulas para que los cargos públicos del PSOE renunciaran simbólicamente a su retribución de ese día, una estrategia que “no les va a dar ningún voto”.
La prueba de la dificultad de llegar a acuerdos con el PSOE es, a juicio de Rajoy, su oposición a la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que desarrolla el acuerdo alcanzado la pasada legislatura para incluir en la Constitución ese objetivo.

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