Rajoy se volcará para que "la factura" que deje este gobierno sea "lo más pequeña posible"


El líder del PP, Mariano Rajoy, hizo hoy balance de 2010 desde la sede popular de la calle Génova. Su comopromiso es que trabajar de aquí a las elecciones generales para que la "factura" que deje el Gobierno de Zapatero a su sucesor "sea lo más pequeña posible".

Un año después de su última comparecencia ante los periodistas en la sala de prensa del PP, Rajoy dijo que 2010 "ha sido un mal año" que ha significado "el agravamiento de la crisis y la agonía del Gobierno".
Pese a ese agotamiento del Ejecutivo, Rajoy no volvió a reclamar expresamente a José Luis Rodríguez Zapatero que convoque elecciones. En 2011, se dispone a trabajar con el horizonte de unas elecciones en primavera de 2012 y, hasta entonces, su empeño es que la situación en que el próximo gobierno asuma sus responsabilidades sea la mejor posible.
En ese sentido, insistió en la importancia de que en el futuro "no se vuelva a hablar del rescate de España", porque "esa sería la peor de las noticias que le podrían dar a los españoles". Para que eso no suceda, "hay que generar confianza dentro y fuera de España" con una gestión clara y unos objetivos que den "certidumbre" a los inversores y a los mercados.
En este año pésimo, tan sólo se felicitó por los éxitos deportivos de la selección española de fútbol y por la concesión del Premio Nobel de literatura a Mario Vargas Llosa.
Fuera de esto, en su opinión, la actuación del Gobierno ha sido nefasta, improvisada y sin la guía de un plan de actuación concreto y definido.
Preguntado por sus primeras medidas como presidente de resultasr electo en los próximos comicios generales, dijo que lo primero que haría sería presentar "un plan completo de medidas económicas par recuperar la confianza".
Tras esta primera medida, considera que "lo más urgente" es la reestructuración del sistema financiero, para que las cajas de ahorro se fusionen, adquieran mayor dimensión y se transformen en bancos.
A continuación, abordaría la reducción del gasto público y el déficit, modificando la Ley de Estabilidad y estableciendo techo de gasto para todas y cada una de las administraciones.
Otra de sus prioridades sería la reforma de la negociación colectiva, una reforma fiscal plagada de incentivos para los inversores y un acuerdo para reformar la educación y para establecer un mix energético sostenible económicamente.

Mostrar comentarios