Una formación en cinco bloques

La misión de los rastreadores militares: "Buscar el virus y calmar a enfermos"

Eran soldados de base y ahora han recibido un curso acelerado para buscar contagios y reducir la cadena de transmisión. Sánchez pone a 2.000 profesionales de las Fuerzas Armadas al disposición de las CCAA.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, visita la Brigada “ Guadarrama” XI, en la base militar El Goloso. / EFE
La misión de los rastreadores militares: "Buscar el virus y calmar a enfermos"
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Limpiaron calles y centros de transporte durante el confinamiento, trasladaron enfermos a hospitales, entraron en las residencias y hallaron cadáveres, cosieron mascarillas, montaron hospitales de campaña y ahora van a colaborar en la misión de cortar la cadena de contagio del Covid. El Gobierno ha recurrido una vez más a los militares para realizar un trabajo esencial en este momento: el rastreo de contactos. Son 2.000 profesionales de las Fuerzas Armadas que hasta ahora, en la mayoría de los casos, eran soldados de base y que han recibido a lo largo del mes de agosto una formación avalada por el Ministerio de Sanidad para colaborar con los sanitarios en un momento crítico por el elevado número de positivos. El Ejecutivo central ha puesto su servicio a disposición de las CCAA que los puedan necesitar para completar el rastreo civil.

Los militares han vuelto a ir un paso por delante en el rastreo de positivos y Defensa ya tiene formadas a las llamadas Unidades de Vigilancia Epidemiológica. Son voluntarios que dieron un paso al frente para ayudar a detectar positivos en sus bases y que ahora están dispuestos a echar una mano en el mundo civil. Uno de ellos, que prefiere que no se publique su nombre y su destino, detalla a La Información cómo ha sido su formación, a lo largo de las últimas semanas. "Mi misión es cortar la cadena de contagio, buscar a los contactos y tranquilizar al enfermo", explica. Es, para él, una de las situaciones más tensas: cuando el positivo se pone nervioso porque tiene que quedarse en casa guardando una cuarentena o porque no sabe si ha contagiado a sus hijos o sus padres.

Cada rastreador militar tiene un puesto de trabajo específico en su unidad. Defensa ha dispuesto de ordenadores, teléfonos y conexión a Internet especial para esta misión. Habitualmente los dispositivos tecnológicos de los cuarteles o bases tienen restringido el acceso a la Red pero en esta ocasión se han habilitado PCs con Internet limitado. Todos ellos tienen al mando un superior que son oficiales de los tres ejércitos con titulación universitaria en materia sanitaria. 

La formación, o "entrenamiento" como dicen los militares" ha sido sencilla pero completa, explica el rastreador del Ejército. El curso que han recibido lleva por nombre "Jornadas de formación para rastreadores de contactos de Covid-19" y está avalado por el Ministerio de Sanidad y por el Instituto de Salud Carlos III. Ha sido, por cierto, formación online. Con cinco bloques: aspectos básicos del Covid, aspectos básicos del rastreo, pasos para el rastreo, fundamentos legales del rastreo y habilidades de comunicación. El último ha sido uno de los elementos más importantes.

"Nos han explicado desde lo más básico, qué es el Covid y qué significa que esté formado por una sola cadena de ARN, los síntomas o los tipos de test, hasta cuestiones sobre cómo tratar la confidencialidad de los datos". Una de las claves del trabajo de estos rastreadores voluntarios pasa, precisamente, por conseguir que el contacto, en caso de ser positivo, colabore con él. De ahí el módulo de "habilidades de comunicación". "Tenemos que empatizar con él, tranquilizarle y explicarle los pasos que debería seguir en beneficio de todos", aseguran. "Es casi una labor psicológica", añade en relación al momento en que tienen que convencer a una persona de que debe guardar cuarentena en casa. En ese momento también entra en juego la labor del profesional sanitario que contacta, de forma paralela, con el enfermo para decidir si tiene que ingresar en un centro hospitalario.

Tras una primera conversación los rastreadores militares tienen que elaborar una ficha con todos los contactos a los que llaman por teléfono. Es una especie de encuesta que registran en la base de datos de Sanidad, de ahí que tengan que disponer de conexión a Internet: sexo, edad, lugar de residencia, sintomatología, si es personal sanitario, contactos con los que ha estado, si ya se ha hecho una PCR... Todo para que los médicos cuenten con una mayor cantidad de información.

Un aspecto importante de esta formación es que Defensa ya ha advertido a los militares que contarán con actualizaciones del temario. Es decir, el virus muta y eso requiere respuestas diferentes. Todo ello será incorporado al curso en función de las necesidades para hacer frente a la pandemia. Un último detalle: militares que están ejerciendo de rastreadores tendrán que abandonar las Fuerzas Armadas al cumplir los 45 años.

La formación de rastreadores militares ha sido dirigida por la Subdirección de Enseñanza Militar, liderada por el capitán de navío Alfonso Vallés, por el Instituto de Medicina Preventiva de la Defensa, que cuenta con la teniente coronel María del Carmen Aríñez al frente.

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