En el marco de la 'Operación Balmis'

De Lepanto al coronavirus: la Infantería de Marina libra su batalla más peligrosa

La Infantería de Marina se ha encargado de la 'Operación Balmis' en la provincia de Cádiz
La Infantería de Marina se ha encargado de la 'Operación Balmis' en la provincia de Cádiz
TEAR

"Me preocupa más lo que le pueda pasar a mi mujer y a mi hija que a mí, ya que con la condición de militar se asumen estos riesgos". El cabo 1º D.U.L. estuvo destinado cuatro veces en la Bosnia más convulsa, participó en los peores momentos recientes de Haití (y es un país que solo acumula malas épocas en su historia) y patrulló en el Líbano, durante los años en los que ser casco azul de la ONU bajo la mirada impertérrita de los Altos del Golán era una diana más que una garantía. Pero él teme por su esposa, que es limpiadora en una clínica. Él se preocupa por los suyos pese a que ahora tenga que hacer frente a la misión más extraña a la vez que peligrosa que pudo imaginarse. Una guerra en la que el enemigo se te puede meter en los pulmones e irse a casa contigo.

El cuerpo al que pertenece D.U.L. ha vivido y luchado ya en casi todo lo imaginable. La Infantería de Marina española es el cuerpo de su condición (denominado ‘anfibio’ o de proyección del poder naval sobre la costa) más antiguo del mundo. Hace poco más de un mes, el pasado 27 de febrero, celebró su cumpleaños. Dentro de una década y media, sumará medio milenio de antigüedad, cuando se alcancen los 500 años desde aquel lejano 1537 en el que Carlos I firmó su constitución tras integrar de forma permanente a las compañías viejas del mar de Nápoles en las escuadras de galeras del Mediterráneo.

La Infantería de Marina se ha encargado de la 'Operación Balmis' en la provincia de Cádiz
Por muy pequeño que sea el municipio, los infantes de Marina han acudido al menos en tres ocasiones a cada uno de la provincia gaditana. / TEAR

Eran tiempos de tercios castellanos en media Europa, de los pasos tan iniciales en América que aún no se enviaban fuerzas militares al otro lado del Atlántico porque la guerra estaba mucho más cerca, en el Mar Nuestro, en ese Mediterráneo desde cuyo punto oriental los piratas y el imperio otomano pensaban extender su dominio hacia la Europa cristiana. Todo aquello desembocaría en la Batalla de Lepanto, en el otoño de 1571, y...

El resto se puede encontrar en los libros y webs de Historia con mayúsculas. Esta es otra historia mucho más reciente, arrancó hace un mes y todavía continúa. Es una triple historia, la del cabo 1º D.U.L, el cabo A.M.S y el sargento 1º E.C.S. ¿Triple? Es mucho más porque es una historia multiplicada por los 1.130 efectivos de la Brigada de Infantería de Marina ‘Tercio de Armada’ (TEAR) que han participado, desde el 17 de marzo al 9 de abril, en el marco de la ‘Operación Balmis’ en la provincia de Cádiz.

Desde su sede en San Fernando, el TEAR ha asumido para Cádiz la misión militar encomendada por el Gobierno a las Fuerzas Armadas en todo el territorio nacional. En apenas tres semanas, han recorrido 65.000 kilómetros (con eso sobra para dar una vuelta al mundo) y han patrullado al menos hasta en tres ocasiones en cada uno de los 45 municipios que forman la provincia. A la vez, un equipo se ha incorporado al buque ‘Galicia’ que viajó para dar apoyo sanitario a Melilla.

"Un día estábamos en labores de desinfección en la residencia José María Calvo de Cádiz en un patio exterior cuando coincidió con la hora en la que todo el mudo salía a sus balcones a aplaudir. Al vernos trabajando nos aplaudieron y en uno de los balcones pusieron el himno de Infantería de Marina. En un momento como ese continúas con tu trabajo, pero con una sensación muy especial, ya que tus conciudadanos se sienten protegidos y te lo agradecen con sus aplausos y muestras de cariño", explica su labor y su impacto en la sociedad el sargento 1º E.C.S. Como especialista en defensa NBQ (Nuclear-Biológica-Química) y al mando de un equipo destinado a labores de desinfección, los suyos son los más solicitados en cada una de las jornadas del estado de alarma.

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Dos infantes de Marina, frente al Ayuntamiento de San Fernando. / TEAR

Hasta el Jueves Santo, cada día han salido a la carretera desde el Tercio de Armada alrededor de 300 efectivos en 30 equipos con sus correspondientes vehículos y han cumplido con un total de 175 acciones de desinfección, 32 de ellas de carácter integral. También se han llevado a cabo 38 acciones de apoyo sanitario y con entidades sociales, entre las que destacan el apoyo prestado al Ayuntamiento de Cádiz para la instalación del albergue temporal para personas sin hogar en el club náutico Elcano o el apoyo logístico al comedor social El Pan Nuestro de San Fernando para la distribución de alimentos. Igualmente, no pocos infantes de Marina participan en tareas de apoyo logístico, mando y control o comunicaciones.

Control y seguridad. El cabo A.M.S. pertenece al Segundo Batallón de Desembarco y ha pisado, en misiones internacionales, la tierra del Líbano o de Malí. Ahora, le ha tocado otro tipo de misión muy distinta, pero más cerca que nunca de su mujer y sus dos hijas: "Lo que más me ha impactado ha sido ver las calles que siempre estaban llenas de gente y actividad totalmente vacías. La población ha aceptado el confinamiento y el incumplimiento de esta medida es totalmente excepcional. Todo el mundo está colaborando en todo lo que puede, empezando por quedarse en casa".

Todo el mundo, desde las autoridades civiles hasta el resto de cuerpos de seguridad, ya sabe lo que hacen los infantes de Marina cuando salen cada mañana desde sus casas. También cuando vuelven: "Una tarde llegué a casa hacia las ocho y muchos de los vecinos, que conocen mi condición de militar y que estaban ya en las ventanas, me aplaudieron y me dieron las gracias por el trabajo que las Fuerzas Armadas están realizando. Fue estupendo y me hizo sentir que el esfuerzo merecía la pena", reconoce este infante de Marina.

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La Infantería de Marina ha estado al menos tres veces en cada uno de los 45 municipios gaditanos. / TEAR

Además de la Guardia Civil, Policía Nacional o cuerpos locales, la Infantería de Marina ha recibido el apoyo de la UME (venida desde Sevilla) en acciones puntuales y, en especial, de las corporaciones. Nada más comenzar la 'Operación Balmis', el General Comandante del Tercio de Armada, general de brigada Rafael Roldán Tudela, llamó personalmente a todos los alcaldes de la provincia de Cádiz para informarles de las operaciones que se iban a llevar a cabo y, desde entonces, el personal encargado de las relaciones cívico-militares (equipo CIMIC), se mantiene en contacto permanente con la Subdelegación del Gobierno y con las autoridades locales para establecer las prioridades.

Ya sobre el terreno, los infantes de Marina que ponen nombre (aunque sea con iniciales) a este reportaje coinciden en que lo más sorprendente de esta lucha contra un enemigo invisible es la profesionalidad, ánimo, fortaleza y valentía de los trabajadores sanitarios y de los distintos servicios sociales a los que dan su apoyo. Esa actitud solo espolea su misión: "En ningún momento ninguno de mis compañeros de patrulla ha pedido descansar o hacer un parón. Es como si nos moviera un gran impulso de servicio y entrega a la misión al ver el ambiente que nos rodea", apunta el cabo 1º D.U.L. Desde el propio TEAR se aclara la disposición unánime de toda la Brigada desde el inicio de la Operación Balmis, si bien hay que rotar a los efectivos en turnos semanales y de manera operativa atendiendo a las necesidades y capacidades de los diferentes batallones y grupos.

"Creo que es importante transmitir al pueblo español el mensaje de que no están solos y que sus Fuerzas Armadas, y en particular la Infantería de Marina, están para ayudarles y protegerles", proclama el sargento 1º E.C.S., el especialista en la lucha biológica y quizás el que mejor puede conocer las características y peligrosidad del ‘ejército’ que les ha tocado atacar esta primavera de 2020.

La Infantería de Marina se ha encargado de la 'Operación Balmis' en la provincia de Cádiz
Las labores de desinfección en las residencias de ancianos, uno de los grandes objetivos. / TEAR

Porque el coronavirus puede que sea una enfermedad y no un enemigo que dispara balas y defiende su cabeza de playa como les han enseñado a combatir a los infantes de Marina, acostumbrados a ser los primeros en desembarcar y con una capacidad de despliegue que les convierte en la avanzadilla más eficaz ante cualquier reto. Hay que ganar al Covid-19, sea como sea, y los más de 100.000 efectivos de las Fuerzas Armadas (y los alrededor de 6.000 infantes de Marina) están en ello. No están solos, advierten y conceden su parte de lucha a toda la población una vez más.

Una lucha que deja ya miles de víctimas. Llegados a este Viernes Santo sin ‘madrugá’, casi 16.000 españoles han fallecido en este mes de pandemia. Dado que esto es una crónica militar se podría contextualizar la cifra con un hecho castrense de la última contienda librada en la historia nacional: en la Batalla del Ebro, la más larga -de casi cuatro meses- y recordada de la Guerra Civil, murió un número muy similar de combatientes entre los dos bandos.

Finalmente, ya que esta es una historia sobre la Historia de la Infantería de Marina, que su miembro más famoso ponga el punto y final. Escribe Miguel de Cervantes en su ‘Quijote’: "Digo, en fin, que yo me hallé en aquella felicísima jornada, ya hecho capitán de infantería, a cuyo honroso cargo me subió mi buena suerte, más que mis merecimientos; y aquel día, que fue para la cristiandad tan dichoso, porque en él se desengañó el mundo y todas las naciones del error en que estaban creyendo".

La Infantería de Marina se ha encargado de la 'Operación Balmis' en la provincia de Cádiz
Las muestras de agradecimiento de la población han sido continuas en este mes. / TEAR
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