Cuando Pedro Sánchez animó el pasado 23 de mayo a que los españoles planificaran sus vacaciones no se imaginaba que los rebrotes iban a llegar a mediados de julio. La situación sanitaria es preocupante en este momento y el Gobierno lo deja claro en cualquier conversación. Es una realidad sanitaria que, además, ya está empezando a tener su impacto en la economía, según explican desde el propio Ejecutivo diferentes fuentes consultadas. Hablan del turismo como el sector donde el golpe está siendo más profundo. Hay miedo a viajar y las cancelaciones de reservas se están multiplicando. La vicepresidenta económica se encuentra al tanto de todo y ya prepara una importante medida de choque.
Nadia Calviño monitoriza a diario la evolución de los indicadores económicos. Lo hace junto a la Dirección General de Análisis Macroeconómico donde cada jornada se celebra una reunión para analizar la situación. De momento, a nivel macro, fuentes de la Vicepresidencia aseguran que no aprecian impacto en indicadores como el consumo eléctrico o los pagos con tarjetas. Ese 'termómetro' económico sigue funcionando. Recuerdan el 'shock' de marzo y abril y razonan que el país no se encuentra ante una situación de este estilo, aunque sin restar importancia a los problemas.
El Gobierno ha apreciado un impacto negativo de estos rebrotes en ámbitos económicos, una incidencia que, de momento, califican como "localizada" en determinados territorios. Es el caso de Cataluña. Barcelona, la segunda mayor ciudad del país y epicentro de actividad turística durante el verano, cuenta desde este fin de semana con restricciones y no se descarta endurecer las medidas si las cifras de contagios no disminuyen. Impacto ya está habiendo y va a ir a más en la economía de la Ciudad Condal, concluyen desde el Ejecutivo. Andalucía, Comunidad Valenciana o los archipiélagos son territorios que también están monitorizando.
El turismo es el principal sector de preocupación para el Gobierno. Las empresas se enfrentan a pérdidas por encima de los 83.000 millones y la sensación es de incertidumbre lo que hace que la ocupación hotelera sea aún reducida. Actualmente los hoteles se encuentran en torno al 40%, según datos de la patronal, y aún hay más de 800.000 empleados del sector en ERTE (en el último acuerdo del diálogo social, por cierto, se incluyó una cláusula ante los rebrotes). La reapertura de fronteras ha animado en parte el turismo internacional en algunas zonas pero, en general, el comentario que trasladan desde el área económica del Gobierno es que "el año está perdido".
El fondo SEPI para el próximo consejo de ministros
En este escenario el Gobierno está ultimando otra vuelta de tuerca a sus medidas de recuperación ya desplegadas. Se trata del rescate directo a empresas estratégicas que se hayan visto afectadas por esta crisis a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, más conocido como 'fondo de rescate' o fondo SEPI y que cuenta con una inversión inicial de 10.000 millones. Fuentes gubernamentales apuntan a que el decreto que especifica las condiciones para poder acceder a él se prevé aprobar el próximo martes en consejo de ministros. Con ello las firmas del sector turístico recibirán un balón de oxígeno, ya sea en forma de préstamos participativos, adquirir deuda subordinada o suscribir acciones u otros instrumentos de capital. Compañías del sector industrial también han mostrado interés en estas ayudas directas.
Fuentes del área económica del Gobierno contemplan, incluso, seguir ampliando los planes de choque de sector turístico ya en marcha, como la extensión de los ERTE más allá del 30 de septiembre o la ampliación del paquete de ayudas directas que ya aprobó el Ejecutivo hace unas semanas y que fue calificado por las empresas afectadas como "insuficiente". Ahora con los rebrotes este adjetivo dicen que se queda corto.
Preocupación creciente en el Gobierno
La preocupación en el Gobierno con los rebrotes es cada día mayor. Esta semana el Ministerio de Sanidad ha aprobado el 'Plan de respuesta temprana' en el que se contempla la posibilidad de volver a clausurar determinados comercios abiertos al público o la de reducir aforos en espacios como algunas instalaciones públicas. Todo ello, por tanto, afectaría a actividades tanto al aire libre como en espacios cerrados y tendría su reflejo en la economía. En algunas zonas de Cataluña o Aragón ya se ha vuelto a un estadio como el vivido durante las fases de desconfinamiento y en Moncloa no descartan dar más pasos en este sentido para detener los contagios.
Una situación que se está complicando precisamente a las puertas de conocer la cifra cerrada de PIB del segundo trimestre. En el Gobierno ya tienen claro que será "el peor dato de la historia", como vaticinó el Banco de España. Descuentan con que estará por encima del -16% y que la caída anual rondará el -9%. Pero dicen que, aunque sea "desastroso", es algo pasado y asumible con un país que prácticamente se paró. Se avecina un final de año con curvas.
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