Sarkozy y Merkel quieren convencer a Medvedev de ser socio de Occidente

París.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, tratan de convencer al jefe del Estado ruso, Dmitri Medvédev, de su interés por convertirse en socio a largo plazo de la Unión Europea y la OTAN, en una cumbre de dos días a partir de hoy, y evitar los recelos de los no invitados.

Los organizadores de esta cumbre tripartita, que tiene como escenario la lujosa estación balnearia de Deauville, en la costa de Normandía (noroeste de Francia), pretenden "tratar a Rusia como socio, pero pedirle también que se comporte como un socio".

Una forma de reconocer que la relación de Rusia con Occidente "sigue siendo frágil" porque no hay "garantía" de que la apuesta de Moscú por el oeste es "irreversible".

La prueba de esos recelos es que Rusia sigue considerando la Alianza Atlántica como su principal amenaza, no ofrece nada a cambio de lo que pide a la Unión Europea (UE), mantiene relaciones tensas con vecinos como Georgia y Bielorrusia y "conflictos congelados" en los confines de su antiguo imperio, como el del Transdniéster o el Alto Karabaj.

Para París, "no están justificadas" las críticas rusas a la OTAN, que por ejemplo quiere incorporar a Rusia en su proyecto de escudo anti-misiles, diseñado sobre todo ante amenazas potenciales como la que puede representar Irán.

De hecho, no se descarta que durante la cumbre de la Alianza Atlántica el mes próximo en Lisboa se aproveche para montar en paralelo una cumbre OTAN-Rusia.

Francia reconoce "la evolución positiva de Moscú" que ahora se quiere consolidar, por ejemplo por "la seriedad" en las sanciones a Irán por su política de proliferación nuclear o por la constatación de que "la retórica de la confrontación (con Occidente) se hace más rara" en los medios rusos.

Sarkozy confía en que Medvédev llegue a compartir su visión de "un espacio común" entre Rusia y la UE en los campos económico, de la seguridad y de los intercambios humanos

Consciente de que el formato triangular Francia-Alemania-Rusia generará suspicacias entre sus otros socios europeos, ha querido insistir en el mensaje de que "esta cumbre no es un directorio de tres", sino que servirá como "lluvia de ideas" para que unos y otros se tomen el pulso pero no será el escenario de toma de decisiones que corresponden a la UE y a la OTAN.

En el caso de la UE, será en su cumbre bilateral con Rusia del 7 de diciembre en Bruselas cuando se deberían tratar asuntos abiertos como la demanda de Moscú de que los europeos dejen de exigir visados a sus ciudadanos, una cooperación más franca en la energía o en la seguridad, donde se parte de un nivel muy bajo.

Los franceses pese a todo defienden el mantenimiento de este triángulo -cuya última reunión de sus líderes se había celebrado en 2006 en Compiègne, también en Francia-, para "no abrir la caja de pandora", ya que estiman que si se hubiera algún otro país como Polonia, Reino Unido, Italia o España, muchos otros se habrían sentido entonces comparativamente agraviados.

Sarkozy y Merkel tienen intención de dar cuenta de sus conversaciones con Mevdéved a todos los miembros de la UE y, en particular, tienen en su agenda una cumbre con el presidente polaco en el llamado Triángulo de Weimar el próximo 7 de febrero.

A la pregunta de si se tratará la cuestión del respeto de los derechos humanos en Rusia, los organizadores afirman que "no se excluye ningún tema. Todos están encima de la mesa (...), incluidos los más sensibles".

El encuentro de Deauville, que se inicia hoy con una cena entre los tres líderes, que volverán a reunirse el martes por la mañana, estará precedido por una reunión de dos horas entre Sarkozy y Merkel para tratar de temas europeos con vistas a la preparación de la próxima cumbre de la UE.