Sicilia: "La guerra contra las drogas abre el camino a Estados autoritarios"

  • El poeta mexicano Javier Sicilia llegó hoy a Washington, última parada de una Caravana por la Paz que ha recorrido todo EE.UU., para denunciar una "absurda" guerra contra las drogas que "está abriendo camino a los Estados autoritarios".

Lucía Leal

Washington, 10 sep.- El poeta mexicano Javier Sicilia llegó hoy a Washington, última parada de una Caravana por la Paz que ha recorrido todo EE.UU., para denunciar una "absurda" guerra contra las drogas que "está abriendo camino a los Estados autoritarios".

En una entrevista con Efe, Sicilia confió en que el Gobierno de EE.UU. implante una nueva política contra las drogas y acusó al presidente mexicano, Felipe Calderón, de cometer "un crimen de lesa humanidad" al devolver al Congreso la Ley de Víctimas del país e impulsar en su lugar otro proyecto legislativo.

"El presidente Calderón miente, es un traidor, no es digno del cargo que representa. Nos ha traicionado, ha humillado a las víctimas, ha humillado a los legistas que trabajaron en esa ley y se quiere imponer con un acto autoritario y vacío de sentido. Ha bloqueado la Ley de Víctimas, y eso es un crimen de lesa humanidad", aseguró.

Sicilia, que dirige el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), ha encabezado durante un mes la Caravana por la Paz, en la que decenas de familiares de víctimas han recorrido EE.UU. con el fin de hacer más "visible el dolor de la guerra contra las drogas", en palabras del poeta, cuyo hijo fue asesinado en 2011.

Tras visitar 26 ciudades, Sicilia cree haber iniciado un "proceso inédito", compartido por ciudadanos de México y Estados Unidos, que demuestre que "declarar una guerra contra las drogas es algo absurdo" y recuerde que esa táctica ha dejado "70.000 muertos y 20.000 desaparecidos".

"Todos los días estamos a punto de perder nuestra democracia. No sólo estamos perdiendo nuestros hijos, que es lo más trágico, sino que estamos abriendo el camino a los Estados autoritarios con esta lógica absurda. Esta guerra ha matado más gente inocente que la que podría haber matado la droga durante décadas y centurias", apuntó.

Más de 40 años después de que el entonces presidente estadounidense Richard Nixon impulsara una "guerra contra las drogas", la Caravana por la Paz llama a reconocer su "fracaso" e imponer en su lugar un enfoque basado en la legalización de la droga, el control de armas y la persecución del lavado de dinero.

La droga "no es un asunto de seguridad nacional", sino "de salud pública", defiende Sicilia, que considera que parte del problema está en la vigencia del Plan Mérida, "que arma a los Ejércitos a través de la venta indiscriminada de armas".

"En este país, curiosamente, la droga se prohíbe, pero las armas, que son de seguridad nacional, se venden como dulces", indicó.

Para simbolizar ese flujo de armas, los integrantes de la Caravana compraron "sin ningún tipo de control" a su paso por Houston (Texas) dos armas que partieron en trozos y metieron en cemento con la esperanza de hacerlas llegar a la Casa Blanca.

"Esas armas de exterminio, armas de asalto, que humillan la segunda enmienda, están entrando ilegalmente en territorio mexicano, y generan nuestro problema", señaló Sicilia, quien lamenta que la guerra contra las drogas haya acumulado apoyo bipartidista a lo largo de las últimas décadas en Estados Unidos.

Sicilia consideró "un inicio" la nueva estrategia antidrogas impulsada por el presidente Barack Obama, que pone el acento en el tratamiento y prevención más que en la criminalización, pero subrayó que "hay que ser más radicales, porque si siguen tardándose, los costos van a ser altísimos".

"Me parece verdaderamente indignante e imbécil que para proteger a adictos que es un asunto de las libertades y de la salud pública, tenga que morir gente como mi hijo", añadió el escritor.

Juan Francisco Sicilia, de 24 años, murió en marzo de 2011 junto a seis de sus amigos a manos supuestamente de miembros del Cartel del Golfo, lo que llevó al poeta a desplegar, primero en México y después en EE.UU., el movimiento de la Caravana por la Paz.

"Nadie me va a devolver a mi hijo, pero yo sí voy a tener la conciencia tranquila y decirles: señores, ustedes son asesinos, han propiciado este dolor con políticas equivocadas que sólo sirven a la violencia", señaló.

Después del viaje, Sicilia siente que "es tiempo de retirarse un poco" del movimiento, que "seguirá articulándose" sin él.

"Ha sido un año y medio muy duro, muy difícil, y me retiraré un poco porque tengo que volver a mi proporción y tengo mucho dolor. Tengo que vivir un duelo, y creo que he hecho lo que he tenido que hacer. No soy un activista", subrayó.

El poeta y su caravana estarán hasta el miércoles en Washington, donde tienen reuniones en 27 oficinas del Congreso y entrevistas pendientes de confirmar con la subsecretaria de Estado para Democracia, Maria Otero, y la directora adjunta para asuntos hispanos de la Casa Blanca, Julie Chávez.

Los activistas pasaron hoy por las oficinas del mayor sindicato de Estados Unidos, AFL-CIO, donde Sicilia declaró que la caravana es "un fin y un principio" y "ha puesto en el centro de la vida política al ser humano".

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