Estambul.- El gobierno turco atribuyó hoy a las presiones de la comunidad armenia de Argentina la cancelación de la visita del ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, a Buenos Aires.
"La razón de la cancelación de la visita a Argentina es que el Ministerio de Medio Ambiente y Lugares Públicos del Gobierno Autónomo de Buenos Aires anuló el permiso para descubrir un busto en honor a Atatürk (fundador de la República de Turquía) en el parque Jorge Newbury debido a la oposición de los sectores armenios", explicó el Ministerio de Asuntos Exteriores turco en un comunicado.
La nota, difundida esta madrugada, indica que la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, llamó a Erdogan para disculparse por el suceso y asegurar que su Gobierno no podía hacer nada más debido a las competencias autónomas de la alcaldía porteña.
El mandatario turco tenía previsto llegar hoy a Buenos Aires desde Santiago de Chile y permanecer hasta mañana.
El canciller argentino, Jorge Taiana, lamentó que "las marchas y contramarchas del gobierno de la ciudad hayan provocado esta situación" porque "era una buena oportunidad de contar con la presencia de un primer ministro que integra el G-20", afirmó.
El gobierno porteño mantiene un fuerte enfrentamiento con el Ejecutivo de Fernández, intensificado desde hace dos semanas a raíz del procesamiento del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, por la causa judicial que investiga escuchas telefónicas ilegales a políticos y empresarios.
Según el portal electrónico de la Diáspora Armenia (www.armeniadiaspora.com), en Argentina viven unos 130.000 armenios, en su mayoría descendientes de los expulsados por el Imperio Otomano, antecesor de Turquía, a inicios del siglo XX.
En la Primera Guerra Mundial el gobierno otomano ordenó la deportación de cerca de un millón de armenios a los desiertos de Siria por considerar que eran quintacolumnistas de la enemiga Rusia y la mayoría murieron de hambre, enfermedades o asesinados, en unos hechos que Armenia y otros países conocen como el Genocidio Armenio.
Sin embargo, Turquía se niega a calificar estos hechos de genocidio alegando que los armenios también mataron a miles de musulmanes y por miedo a que al reconocimiento le sigan reclamaciones económicas y territoriales.
La mayoría de los historiadores coinciden en que Mustafa Kemal Atatürk, que fue general otomano durante la Primera Guerra Mundial y lideró la posterior Guerra de la Independencia Turca (1919-1923), no participó en el genocidio.
De hecho, el director del Museo del Genocidio de Ereván (Armenia), Hayk Demoyan, explicó, en una entrevista a Efe en 2008, que Atatürk incluso salvó la vida de varios cientos de armenios al detener una deportación.
Gran parte de la Diáspora Armenia se opone al acercamiento entre Turquía y la república ex soviética de Armenia, que podría culminar en la apertura de las fronteras entre los dos países, cerradas desde 1993.
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