Un millón de niños y niñas viven privados de libertad en el mundo


Miles de niños, niñas y jóvenes en todo el mundo se encuentran privados de libertad en comisarías, prisiones o centros de reclusión para menores, según Naciones Unidas. Ante esta situación, Misiones Salesianas lanza la campaña ‘IN-Justicia Juvenil’, cuyo objetivo es ayudar a estos menores.
La mayoría no tiene antecedentes y ha sido acusada por delitos leves o por conductas que en adultos no se consideran delictivas, como dormir en la calle, mientras que el 59% de esos menores internados no ha recibido sentencia a pesar de estar retenidos, según denuncian desde la ONU. Misiones Salesianas lanza la campaña ‘IN-Justicia Juvenil’ para sensibilizar sobre la situación de dichos jóvenes y recabar fondos para los programas de ayuda que desarrolla en diversos países.
Uno de estos niños es Johny, de Sierra Leona, que fue encarcelado por dormir en la calle. “Mi vida en la cárcel de Pademba Road (Freetown) fue una continua tortura. Estuve en una celda con delincuentes comunes adultos. Sólo tomaba una taza de té negro sin azúcar y un plato de arroz. Lo peor fueron los abusos sexuales de los que fui víctima durante dos largos años. Lo denuncié, pero nadie me escuchó. Era un niño de 14 años”, recuerda.
En Kenya, más de 1.800 menores están privados de libertad por estar en una situación de desamparo o viviendo en las calles, otros 500 por no estar bajo el control paterno y cerca de 600 por mendigar.
FORMACIÓN Y ASISTENCIA SOCIAL
Para ayudar a niños con problemas con la ley, Misiones Salesianas desarrolla programas en varios países desde hace años. Según la organización religiosa, muchos niños y niñas son tratados como delincuentes cuando en realidad lo que necesitan es un poco de apoyo y asistencia social. El envío de un menor a la cárcel o a un reformatorio debería ser uno de los últimos recursos, “existen alternativas a la entrada del niño o niña a la cárcel o a un reformatorio”, explica Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas.
En Filipinas el Centro Magone de esta entidad, en la localidad de Cebú, ofrece formación y capacitación para el empleo. Por él han pasado un centenar de jóvenes desde su creación en 2010. “Es la manera de mostrarles que hay otros caminos alejados de la violencia”, explican sus responsables.
Los misioneros salesianos son los únicos que entran en la cárcel de Pademba, en Sierra Leona, donde dan de comer a 200 presos al día. También se encargan de seguir los procesos judiciales de los menores que cumplen condena en ella. “A veces, por apenas 10 euros hemos conseguido sacar a los chicos de esa pesadilla”, señala el misionero salesiano Ubaldino. Una vez fuera, ingresan en el Centro Don Bosco Fambul, gestionado por la organización religiosa, donde reciben formación y asistencia, y les intentan poner en contacto con sus familias para que puedan regresar a su hogar.
En India, trabajan en 6 cárceles de Bengal y Bihar, donde los jóvenes reciben formación en mecánica, electricidad e informática, mientras que en Brasil Misiones Salesianas apoya a menores con problemas con la justicia desde 1999, para ello cuenta con un equipo formado por asistentes sociales, terapeutas, pedagogos, psicólogos y profesores que ayudan a chicos de 12 a 18 años que realizan servicios a la comunidad para cumplir sus penas en libertad asistida.

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