Un tablero de diálogo en situación de jaque para israelíes y palestinos

  • Tras semanas de aparente estancamiento, bajo las sombras de las crisis de Crimea, las piezas del tablero de Oriente Medio, colocadas en posición de jaque, aguardan un penúltimo movimiento que puede alargar una partida casi eterna o asestarle un golpe de insospechadas consecuencias.

Javier Martín

Jerusalén, 30 mar.- Tras semanas de aparente estancamiento, bajo las sombras de las crisis de Crimea, las piezas del tablero de Oriente Medio, colocadas en posición de jaque, aguardan un penúltimo movimiento que puede alargar una partida casi eterna o asestarle un golpe de insospechadas consecuencias.

Más interesado en las tablas que en un movimiento arriesgado que pudiera agrietar aún más la heterogénea coalición de centro derecha, el actual gobierno israelí espera que el compromiso del presidente palestino, Mahmud Abas, con la liberación de los presos sirva para prolongar un diálogo cuyo camino parece incómodo.

Ocho meses atrás, cuando el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, decidió vincular su prestigio a una resurrección del exhausto proceso entre palestinos e israelíes, los primeros pusieron varias condiciones a cambio de olvidar su órdago legal en pos del reconocimiento internacional: entre ellas, liberar presos.

Israel aceptó, y en los meses siguientes, a medida que la quimera de Kerry tomaba primero forma para después poco a poco diluirse, puso en libertad a más de setenta, en tandas duramente criticadas por los elementos más extremos de la derecha.

Los últimos deberían haber salido este sábado, exactamente un mes antes de que expire el plazo fijado por las partes para llegar a un acuerdo marco que sirva para acometer la negociación definitiva, algo que expertos y diplomáticos en la zona intuyen cada vez menos plausible.

"Ambas partes se han arrastrado mutuamente a una situación de intransigencia propia de la que tienen muy difícil poder librarse", explica a Efe una fuente diplomática europea que prefiere no ser identificada.

"Los esfuerzos norteamericanos para salvar la situación son arduos desde hace semanas. Prolongar la negociación es más beneficioso para el actual gobierno israelí, que se ve liberado de hacer concesiones a las que algunos sectores se oponen", agrega.

Una idea que la semana pasada ya verbalizaba la periodista Ravit Hecht en una columna en el diario Haaretz titulada "la gran huida de Bibi de la paz".

En ella, argumentaba que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había logrado "matar el diálogo" con su insistencia en que los palestinos reconocieran de la naturaleza judía del Estado de Israel.

Una exigencia que estos entendieron como una excusa sacada a última hora de la chistera y que Estados Unidos incluso subestimó al declarar que suponía "un error" hacer de ella condición obligatoria para el progreso.

"Consiguió matar la negociación como quería. No con golpes, bombas o declaraciones feroces... esa clase de cosas habrían convertido a Netanyahu en un líder ilegítimo", escribió.

"Mató las negociaciones con un largo, lento, discreto y efectivo veneno. El suero del reconocimiento del Estado judío", agregaba Hecht, para quien el político ha logrado transformar, con habilidad, "un asunto insignificante... en un mar de emociones y ansiedades".

Convencido de que el viento sopla ahora a su favor, el liderazgo palestino respondió con contundencia y reiteró que si Israel se enrocaba, el 30 de abril proseguiría con la estrategia de buscar el reconocimiento unilateral de Palestina en las instituciones internacionales.

Un obstáculo, el israelí, al que esta semana el Ejecutivo de "Bibi" unió la táctica de retrasar la excarcelación de la citada última tanda de presos palestinos, comprometida antes del inicio del diálogo, el pasado verano.

Sostenido en una supuesta desconfianza sobre el compromiso palestino, Netanyahu giró hoy la tuerca e insistió en que su gobierno no cumplirá con lo prometido hasta que no consiga "una retribución clara" por parte de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Un fuente oficial citada por el diario Haaretz explicó, por su parte, que el objetivo del Ejecutivo es que los palestinos abandonen la idea de seguir adelante con su desafío unilateral y prolonguen el diálogo más allá de la fecha establecida, el 29 de abril.

Para ello, aseguró la publicación, habría propuesto "liberar a más prisioneros", hasta un número que algunos medios elevan hasta los 400.

"Israel ofrece una liberación adicional de presos palestinos a cambio de extender las conversaciones de paz y que los palestinos no den pasos unilaterales en la ONU", afirmó la fuente, según el diario.

Y "está a la espera de una respuesta a esta oferta, hecha a través de Estados Unidos" agregó, un eventual acuerdo que daría al Gobierno de coalición de Netanyahu seis meses más para espantar lo que algunos en su entorno consideran "el fantasma de un Estado palestino".

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