Villarejo advierte que "tirar de la manta" perjudicará a otras empresas del Ibex

  • Menciona a Repsol, Indra, Caixabank, Iberdrola, Santander, Grupo Planeta, Mutua Madrileña y Telefónica como posibles damnificados, además del BBVA.
El comisario José Manuel Villarejo
El comisario José Manuel Villarejo
CEDIDA

El excomisario José Manuel Villarejo ha lanzado este viernes un nuevo comunicado a modo de exculpación por la supuesta “injusticia” que se está produciendo con la investigación del caso Tándem, por la que lleva casi dos años en prisión preventiva, en el que advierte que si se se insiste en “tirar de la manta”, se puede causar un daño grave a la reputación de empresas como Repsol, Indra, Caixabank, Iberdrola, Santander, Grupo Planeta, Mutua Madrileña, Telefónica, además del que ya se ha realizado sobre el BBVA. En su reflexión, se pregunta si “de verdad compensa que una entidad bancaria, después de estar perdiendo millones de euros en Bolsa y con el barro llegándole de momento a las rodillas, se haya puesto en riesgo a ojos de las más importantes instituciones nacionales e internacionales por el simple capricho de quienes inventaron un espionaje que nunca existió”. Todo ello en un caso que ya es una pieza aparte dentro del sumario y que ha provocado que el juez inculpe a varios directivos del banco y la propia entidad como persona jurídica.

Villarejo tacha de “invenciones” todo lo que se está investigando en la Audiencia Nacional y advierte que espera “ser resarcido por los daños enormes que se están produciendo a mi persona y a mi familia (despiadadamente golpeada)”, cuando se conozca “la verdad que late tras esta burda mascarada”. Asegura que, si las investigaciones siguen el curso que lleva, pueden llegar a poner en la picota a las compañías mencionadas y a “tantas otras que puedan sufrir el mismo destino para alegría de la competencia extranjera y de esa extrema izquierda que atribuye al Ibex 35 un peligro mayor que al hombre del saco”.

El excomisario carga las tintas contra su gran enemigo, Javier Sanz Roldán, exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), y se pregunta si a él y “a todos los acólitos de tamaño menudo que medraban a su alrededor les ha valido la pena haber matado moscas a cañonazos al organizar esta patraña, una de las tantas que han intentado. ¿No había operaciones, alejadas del odio gratuito y de la geografía de la venganza, que hubiesen servido de verdad para beneficiar a España, a nuestro país y a nuestro sistema?”.

Llega a acusar al anterior responsable del CNI de haberse quedado con un sinfín de dosieres (23-F, el 11M, Filesa, las negociaciones con ETA-PM, la extradición de Roldán, el caso Sogecable, el chantaje a Pedro J, el espionaje al Conde de Godó y al clan Pujol, las gestiones sobre el GAL, etc.) con el objeto de obstruir a la justicia y ocultar o destruir una “prolija documentación, incluidas microcintas con nula relevancia penal dada su antigüedad pero de muy significativo interés histórico que, aunque estaban en mi poder, eran y son patrimonio de todos los españoles”, señala en su nota, difundida por su abogado. “¿Cómo es imaginable que, quienes considerándose integrantes de una casta judicial superior, puedan destruir todo lo que les compromete y/o incrimina en sumarios por pedofilia desaparecidos, en dossiers que incluían contactos y vinculaciones con el mundo de la droga y en tantos otros expedientes que ahora ocultan?”, se pregunta.

En su descarga de acusaciones, el comisario implica incluso al ministro del Interior en funciones, Fernando Grande Marlaska, porque no persiguió cuando era juez “el pago a un miembro del GAL con un velero lleno de cocaína”; incluso llega a la ministra de Defensa, al preguntarse si “es acaso concebible en un Estado de derecho merecedor de tal nombre que una conducta tan grave como que 'una juez amiga' sea la delatora de que se había pinchado un teléfono en el sumario Lezo no sea perseguida por temor a las represalias de la aún poderosa Margarita Robles”.

El excomisario, que insiste en que la verdadera razón de su cautiverio es obligarle a confesar “en los términos que me vienen exigiendo”, advierte que no conseguirán derrotarle, porque “a diferencia de quienes me persiguen, mi moral permanece cada día más alta y mi conciencia más fuerte. Ni la tortura psicológica podrá conmigo. Ni la denigración tendrá el resultado de quebrar mi voluntad. Nadie me verá postrado ni arrodillado. Mi defensa, a mi avanzada edad, es ya la causa de mi vida. Y la prepararé antes o después desde mi propia casa, con los míos”.

Para cerrar el comunicado, el expolicía advierte sobre el negocio que se está haciendo con la venta a algún “despacho de abogados” y “periódicos afines” de las grabaciones que se publican y, como colofón, hace una llamada patriótica para que España “no quede malherida" por este caso, porque “hay heridas, como las del gigante de la banca, que apenas están empezando a ser visibles.

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