Formas de adaptar un juguete a un niño con discapacidad

Formas de adaptar un juguete a un niño con discapacidad
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EDIZIONES
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Aunque en el mercado existen algunas empresas especializadas en la fabricación, desarrollo, investigación y distribución de juguetes adaptados y accesibles, en algunas ocasiones es posible adaptar los muñecos comercializados para que los niños con algún tipo de alteración motora, cognitiva o sensorial puedan jugar.

"Lo primero que debemos tener en cuenta es que juguetes adaptados son aquellos juguetes estándar a los que se les ha realizado alguna modificación física que facilita su uso y el juego en sí", ha explicado la coordinadora de la Unidad de Neurorrehabilitacion Pediátrica - CDIAT del Hospital Nisa Virgen del Consuelo, Laura Gómez.

Por ello, la experta ha enunciado una serie de recomendaciones para adaptar un juguete a nivel motor, auditivo, visual e intelectual:

1. A nivel motor: hay que fijar las bases de los juguetes con velcros o imanes para evitar movimientos no deseados durante el juego; modificar la ropa de los muñecos (velcros); añadir cuerdas para facilitar el arrastre de los juguetes; adaptar el juguete para que pueda ser accionado mediante un pulsador; que no exijan mucha rapidez de movimientos o que se puedan regular los tiempos de respuesta; en estructuras grandes como cocinitas que entre la silla de ruedas.

2. A nivel auditivo: colocar dispositivos electrónicos que traduzcan los sonidos a otro tipo de efectos (vibración, luces*); traducir mensajes orales a mensajes escritos; y comprar juguetes que dispongan de control de volumen y salida opcional de auriculares con la finalidad de adaptar el sonido al posible resto auditivo.

3. A nivel visual: incorporar sonidos, relieves o texturas que sustituyan o acompañen a un estímulo visual; en juegos de mesa, ponerles relieve, colocar velcros, imanes, ventosas para evitar los desplazamientos involuntarios; instrucciones o piezas traducidas al braille.

4. A nivel intelectual: que tengan fácil manejo de todas sus funciones, para que permita al niño/a poder jugar con autonomía; que resulten atractivos desde el principio hasta el final de su uso, lo que permitirá mantener la atención y el interés durante todo el juego; que permitan tiempos de respuesta largos, para que todos puedan jugar aunque su ritmo sea un poco más lento; que no requieran altos niveles de concentración o razonamiento; y, si son juegos de reglas, que tengan la posibilidad de adaptarse a niveles cognitivos más bajos, reduciendo el número de reglas y complejidad.

"Porque un niño con discapacidad es ante todo un niño, más allá de estas recomendaciones e independientemente de sea cual sea su discapacidad o deficiencia, es importante dar al niño la posibilidad de jugar, evolucionar y aprender a su ritmo", han zanjado.

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