Casa Elena revoluciona la gastronomía manchega con sus cenas sensoriales

  • Una antigua y acogedora casa manchega con filosofía slow food en la que sólo falta una habitación para echarse la siesta después de comer.
Casa Elena
Casa Elena
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Casa Elena es un templo del producto ecológico y de Km 0, de los sabores honestos y las texturas creativas.

En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre sí queremos acordarnos, se encuentra esta sorpresa gastronómica de obligada parada en la ruta Madrid-Toledo. Casa Elena es un templo del producto ecológico y de Km 0, de los sabores honestos y las texturas creativas. El único restaurante que ha obtenido la distinción de Bib Gourmand (Guía Michelin) en toda Castilla La Mancha es también paradigma de la alta cocina tradicional y de los maridajes locales, cuyo exquisito servicio de sala ya quisieran en la capital. Una antigua y acogedora casa manchega con filosofía slow food en la que sólo falta una habitación para echarse la siesta después de comer.

César Martin, gerente y propietario de Casa Elena, es un ferviente defensor del cuidado del producto local. Su idea es reeducar al comensal haciendo un llamamiento a la gastronomía tradicional y a la puesta en valor de la cocina sana y a los tiempos necesarios para disfrutar de cada bocado. Con esta idea en mente, César rehabilitó hace unos años la vieja casa de su abuela en Cabañas de la Sagra (Toledo), apuntaló las vigas de madera y encaló las paredes blancas mientras se formaba en las mejores escuelas de hostelería de España y del extranjero, para darle forma a lo que hoy es Casa Elena. Y es que, además de sus platos, este restaurante toledano tiene otro gran atractivo. Está ubicado en una antiguo hogar familiar que albergaba un pajar del siglo pasado y unas caballerizas, y que ha sido restaurad profundamente manteniendo su arquitectura original. Un espacio que consigue que la experiencia gastronómica sea completa.

Por si la idea de degustar sus menús (corto o largo) en las antiguas caballerizas de esta casona culinaria, de tomarse algo en la cocina que hoy da cabida al bar o de alargar la sobremesa en su espectacular terraza de verano no fuera ya apetecible, Casa Elena empieza a hacerse famoso en la zona por sus cenas a ciegas. 'Estímulo' es una experiencia sensorial pensada para activar al 100% el gusto, el olfato, el tacto y el oído. Una forma diferente de disfrutar de una velada gastronómica de altura en este restaurante, el único del centro de la península con el certificado oficial Slow Food España.

Plato Casa Elena
Casa Elena es un llamamiento a la gastronomía tradicional.

La actividad, que se desarrolla en un salón completamente a oscuras, es perfecta para realizar entre amigos, familiares o compañeros de trabajo. “Se agudiza la sensibilidad y se consigue que el comensal se desinhiba por completo”, explica César Martin. Además, la iniciativa tiene un fin solidario. Un 5% del beneficio de esta singular experiencia irá destinado a la ONG Acción contra el Hambre.

Se trata de una actividad que va más allá de la típica cata a ciegas en la que nos vendan los ojos con un antifaz. Hablamos de una experiencia novedosa donde no se come por los ojos y en la que las verdaderas protagonistas son las sensaciones. El menú transcurre en una habitación preparada para no dejar entrar nada de luz y llena de estímulos que provocan el desarrollo de todos los sentidos salvo el de la vista. Más de hora y media disfrutando de una cena inolvidable en la que se degusta un menú gastronómico diseñado para la ocasión, compuesto por 4 aperitivos, 2 primeros, 2 segundos y postre (maridaje incluido), por 50 euros.

La parte trasera de Casa Elena.
La parte trasera de Casa Elena.

Fuera de carta, y para comer con los ojos bien abiertos, Casa Elena prepara cocido y arroces previa petición. Auténticas exquisiteces que se elaboran para momentos especiales y que se suman a un recetario lleno de trucos culinarios que han pasado de generación en generación.

Pasión por el producto local

Son muchos los ejemplos de productos ecológicos y de Km 0 que Casa Elena incluye en su carta con el objetivo de ayudar al pequeño productor y favorecer así el consumo de alimentos locales y comarcales ligados a una herencia alimentaria, histórica y cultural.

El agua Numen es de Villarubia de los Ojos (Ciudad Real), la cerveza La Salvaje de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), el pan de la Veleta en Mocejón (Ciudad Real), los quesos de queserías cercanas como Valle de los Molinos (Los Yébenes, Toledo), Valdehornos (Horcajo de los Montes, Ciudad Real), Montescusa (Corral de Almaguer, Toledo) y La Jara (Las Navas de Ricomalillo, Toledo), la leche, la mantequilla y la nata de La Colmenareña (Colmenar Viejo, Madrid), las legrumbres y verduras de vecinos de Cabañas de la Sagra y de Recas.

La carne de ternera procede de Dimas Sánchez (Yunclillos, Toledo), la de cordero de Mari Carmen Sierra (Alcázar de San Juan, Ciudad  Real), la de cerdo de Gramor 78 (Humanes, Madrid) y la caza de Cárnicas Torrecaza (Santa Cruz del Retamar, Toledo). Además, Casa Elena incentiva la venta directa de estos productos de la zona en el propio restaurante. Dos claros ejemplos son el vino Chardonnay Blas Muñoz , D.O.  Mancha, de Noblejas (Toledo) o los aceites Pago de Quirós y PLA, de Mora y Arcicollar, respectivamente, ambos también de Toledo.    

CASA ELENA

Calle Nueva, 15. Cabañas de la Sagra, Toledo

www.restaurantecasaelena.com
Tlf. 925 35 54 07

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