Sal de sobrasada y helado de pimientos del piquillo, novedades del Salón Internacional del Gourmet

Madrid.- Sal con sabor a sobrasada, helados de pimientos del piquillo o licor con agua de oro son algunas de las curiosidades presentes en el XXIV Salón Internacional del Gourmet, donde un paseo entre los expositores deja claro al visitante que aún hay espacio para la inventiva en el mundo culinario.

En este salón, eminentemente enfocado a los profesionales del sector aunque con un espacio también para el público general, es posible dar la vuelta al mundo con el paladar, y empezar degustando un poco de salmón de Alaska, seguir con paté francés y caviar iraní, picar un aromático cous-cous y tomar de postre rico dulce de leche argentino.

También se puede, claro, pasear por toda España a través de su gastronomía, ya que las comunidades autónomas y empresas españolas no dejan pasar esta ocasión, y aunque el jamón es el rey, está bien flanqueado por otros embutidos, mucho vino, tortilla de patatas, callos, fabada, conservas de pescado, quesos, aceites y verduras.

Uno de los expositores que más interés provoca es el de La Compagnie des Desserts, una empresa francesa que comercializa helados de los más insólitos sabores. Olvide el chocolate y la leche merengada y atrévase con el parmesano, el picantísimo wasabi japonés, el pimiento asado, el cactus o la violeta.

En realidad, como ha explicado a Efe el portavoz de esta firma, Rubén Sánchez, este tipo de helados no se comercializan tal cual, para comerlos por el paseo marítimo en un cucurucho.

Se trata de productos que los cocineros profesionales utilizan para aportar originalidad a sus platos. Así, el malagueño ajoblanco se vuelve más interesante si se sirve con helado de anchoa, mientras que el helado de queso de cabra está exquisito una vez regado con miel y el de parmesano se alía armoniosamente con una ensalada caprese.

Sin embargo, otra empresa italiana presente en la feria y que también ofrece helados de sabores peculiares sí los vende al público para su consumo como los helados tradicionales: helados de sobao pasiego con orujo, sorbete de coco con curry, de cava rosado o de apio con lima.

Mientras, la empresa La Franco Argentine ha logrado producir el famoso dulce de leche argentino en Europa, no sin antes buscar y buscar hasta dar con las vacas que dieran una leche lo más parecida a las que pastan al otro lado del Atlántico, y que han encontrado en la zona francesa de Saint Richaumond.

Como todavía hay clases, el apreciado caviar iraní tiene su propio y tranquilo expositor en esta feria, donde no comparte protagonismo con otros productos y las huevas se sirven en mesas cubiertas por manteles de encaje, nada de tablero de melamina ni servilletas de papel.

La gastronomía inglesa está presente en forma de queso Stilton, galletas de gengibre, mermeladas, caramelos y salsas chutney, que "cada vez tienen más aceptación en España y se usan de manera distinta que en el Reino Unido", ha indicado a Efe Nigel Carr, de "The food hall".

De Estados Unidos no faltan el salmón de Alaska o las galletas con pepitas de chocolate de tamaño gigante, aunque quizá para desembarazarse del sambenito de que son los reyes de la comida basura, los productos estadounidenses presentes en esta feria se han revestido de una pátina de "respetabilidad gourmet": patatas fritas de bolsa, sí, pero con sabor a fresa, chile dulce y vino blanco, o a salsa worcester y tomates secados al sol.

Y para finalizar, un homenaje a un clásico como las abulenses yemas de Santa Teresa, que cumplen ahora 150 años, y salen por primera vez a la calle, ya que en el salón es posible ver por primera vez en público el "redondeo" de este dulce.