Saskatoon, la París de las Praderas, se prepara para albergar a Pablo Picasso

Julio César Rivas

Toronto (Canadá), 24 nov.- Saskatoon, una ciudad de algo más de 200.000 habitantes considerada la París de las Praderas canadienses, es una ciudad llena de sorpresas como el hecho de que está preparándose para ser la sede de la mayor colección de grabados de linóleo de Picasso en el mundo.

Saskatoon es la principal ciudad de la provincia de Saskatchewan, el granero de Canadá y el centro de las Praderas canadienses, una región que se extiende por tres provincias en el centro-oeste del país norteamericano.

A pesar de que la ciudad tiene sólo 130 años de edad, Saskatoon ha cambiado mucho desde que fue fundada en 1883 como un pequeño asentamiento por 35 miembros del Movimiento por la Templanza, una organización metodista que estaba en contra de todo consumo de alcohol.

La ciudad, cuyo nombre en lengua indígena significa baya, ha dejado atrás su origen puritano para convertirse en un importante centro cultural a 3.000 kilómetros al noroeste de Toronto y 1.600 al noreste de Vancouver.

Parte de su comparación con París se debe al río South Saskatchewan que divide la ciudad y que está cruzado por siete puentes. A las orillas del río, la ciudad ha montado una apacible red de parques y paseos que proporcionan a Saskatoon, especialmente en verano, una imagen de perfección.

A orillas del río también se sitúan algunos de los edificios más importantes de la ciudad, como el hotel Delta Bessborough, construido por los ferrocarriles canadienses en 1928 con su característico estilo de castillo, la Galería de Arte Mendel o la futura Galería de Arte Remai.

Es esta galería, que está siendo construida en estos momentos y cuya apertura se espera a finales de 2015 o principios de 2016, la que albergará una colección de 405 grabados de linóleo de Pablo Picasso, valorados en 20 millones de dólares y donados por la fundación Frank and Ellen Remai.

El edificio del museo tiene un presupuesto de más de 70 millones de dólares y el edificio albergará también un centro dedicado al estudio de la obra de Picasso.

Según dijo a Efe Lisa Baldissera, jefa de exposiciones de la Galería de Arte Mendel y de la Galería de Arte Remai, los grabados de la colección son "únicos" porque muchos de ellos tienen anotaciones hechas por el propio Picasso.

Baldissera explicó que alrededor de 90 grabados fueron propiedad de Hidalgo Arnerá, maestro impresor con el que Picasso trabajó durante 10 años en su estudio del sur de Francia experimentando diferentes técnicas para producir impresiones de capas múltiples de un solo bloque.

"Los grabados fueron guardadas por Arnerá y posteriormente pasaron a posesión de Frederik Mulder, un galerista y filántropo originario de Saskatchewan pero basado en Londres (Reino Unido), donde es uno de los principales expertos del mundo en grabados", dijo Baldissera.

Con el paso de los años, Mulder completó la colección comprando otros grabados en subastas en todo el mundo y de los herederos del artista malagueño.

Fue a través de Mulder que los Remai, una acaudalada familia de Saskatoon que hizo su fortuna en el mundo inmobiliario, se hizo con la colección de linograbados de Picasso y la incorporó al museo que lleva su nombre.

Baldissera es una de las pocas personas que ha visto, y ha tocado, la colección de 405 grabados.

"Están inmaculados. La calidad del papel es increíble", dijo Baldissera con evidente emoción en su voz.

La colección está compuesta por 193 de los 197 linograbados creados por Picasso, más 212 pruebas de impresión.

La comisaria de la Galería de Arte Mendel añadió que la colección de Picasso "creará una institución de clase mundial y un centro obligado de visita de los estudiosos de la obra del artista español".

Parte del tercer piso de la Galería de Arte Remai será dedicado a Picasso bajo el nombre de El Salón Picasso: Arte Moderno Internacional, y acogerá los linograbados así como otras obras de arte moderno.

Cuando la Galería de Arte Remai abra sus puertas con la mayor colección de linograbados de Picasso, Saskatoon tendrá una razón más para llamarse "la París de las Praderas".