Si han tenido la suerte de viajar y de recorrer mundo, habrá encontrado decenas de paisajes inolvidables; docenas de lugares que se le habrán grabado a fuego en la memoria; ciudades impactantes, naturaleza en estado puro que se muestra con una fortaleza descomunal; y por tanto le será difícil elegir un momento, un lugar. Siempre que ha habido ocasión hemos preguntado a los viajeros infatigables que han recorrido los cuatro costados del planeta ¿cuál es el país más bonito de la Tierra? E invariablemente la mayoría se han decantado por Argentina y Sudáfrica, el hogar de Nelson Mandela.
Nelson Mandela, Madiba, para los suyos ha podido ser el hombre más admirado del Siglo XX, un hombre justo que luchó por los derechos de sus iguales desde el suburbio de Soweto, para abolir una de las últimas aberraciones recientes de la historia del hombre: El Apartheid. Tras sufrir un encierro de más de treinta años en las cárceles blancas, fue capaz de olvidar todas las afrentas sufridas para ya como presidente del país, promover la reconciliación del Sudáfrica. Tras su retiro, su amigo y multimillonario Dough Steyn, un magnate con una fortuna de más de 800 millones de dólares, compró 10.000 hectáreas de terreno en la Reserva de Shimaba, en Limpopo.
El itinerario recomendado es comenzar el viaje visitando los suburbios de Soweto donde se crió Madiba, para entender de donde partían las demandas que incitaron al presidente a rebelarse contra el orden establecido. Pasar por la cárcel de la isla Robben donde Mandela pasó sus primeros años de la terrible cadena perpetua a la que fue condenado en el llamado Caso Rivonia. Después llegar hasta Shambala, este pequeño refugio al que se retiró Mandela; para comprender las dificultades por las que pasó Mandela y como, sólo al final de su vida encontró el sosiego de una vida en plenitud.
En Shambala Steyn construyó una presa, introdujo los ‘Big five’: Elefantes, leones, búfalos, rinocerontes y leopardos, constituyendo un ecosistema sostenibles por sí mismo. Levantó una mansión en la que Mandela pudiera recibir presidentes y líderes mundiales. Un lugar que no sólo estuviera a la altura del personaje, sino que de algún modo reflejara una parte característica de Sudáfrica. La mansión que constaba de dos alas, una reservada a Madiba y su tercera mujer y la otra para el servicio y guardaespaldas que, The Leading Hotel of The World ha transformado en una residencia donde se puede alojar doce personas.
Cinco habitaciones en suite, incluido el mismo dormitorio en el que dormía Mandela, un jardín espléndido por el que paseaba el ex-presidente; y la sala donde Madiba tomaba el café, justo delante de la chimenea, o la sala de la tv donde pasaba horas viendo películas; son algunos de los sitios en los que cualquiera que pueda pagar los 700€ que cuesta cada noche, puede disfrutar. A la mansión se llega en helicóptero desde el aeropuerto de Johannesburgo o desde Pretoria. Nelson y su mujer Grazza, pasaron los últimos doce años de su vida en este lugar único y que ahora se encuentra en lo que se llama el Centro de Reconciliación Nelson Mandela.
La mansión esta construida en materiales nobles, maderas, piedras, sedas y lana y decoradas con llamativos cuadros de mujeres de la tribu Xhosa de la que Mandela era su jefe natural; y terminó de adecuarse a las necesidades de un hotel dos años después de la muerte del presidente. Así, en 2015, se abrió para el público la que fuera casa de uno de los hombres más admirados y seguidos del último siglo. La posibilidad de completar la experiencia realizando safaris para fotografiar los 5 grandes, así como relajarse en el Spa, son los otros atractivos que hacen de este viaje algo único.
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