Baqueira Beret, las mejores pistas y un atractivo ‘après - ski’

  • Una oferta gastronómica y hotelera de nivel, hacen el destino preferido de nieve.
Fotografía de Baqueira Beret
Fotografía de Baqueira Beret
L.I.
Fotografía de Baqueira Beret

Si Baqueira ha estado siempre de moda, no ha sido sólo por que entre sus más entusiastas y fieles esquiadores los reyes hayan sido uno de sus principales valedores, sino que su atractivo evidente pasa por sus 150 Km de pistas esquiables que la posicionan como la mayor estación de esquí de España. Por el reto y desafío que para los esquiadores más avezados suponen el Safari de Pistas Negras, un recorrido por pistas de dificultad Doble Diamante y un ‘après - ski’ a la altura de las mejores estaciones alpinas. Una oferta gastronómica y hotelera de nivel, hacen el destino preferido de nieve.

Baqueira es el dominio esquiable, el fascinante trenzado de pistas de todos los niveles, pero también es el maravilloso conjunto del Valle de Arán, una sucesión de pueblos y aldeas que aparecen y desaparecen en cada curva del camino. Sus casas de piedra esconden bajo sus bajos techumbres de tejas de pizarra negra atractivos restaurantes en los que disfrutar de una gastronomía local muy especial. Casa Irene que, con una cocina que ha dado de cenar al rey emérito en tantas ocasiones, es junto al Hotel Rafael La Pleta, y los pinchos más informales de la Taberna Urtau, la gran oferta blanca.

El hotel Rafael La Pleta, ubicado en lo más alto de la estación en cota 1.750 es un refugio cinco estrellas, un hotel de lujo a pie de pistas, los dos parámetros con los que casi todos los esquiadores sueñan cuando planean y organizan su semana de esquí. Habitaciones absolutamente confortables, varios restaurantes: La Raclette, para probar una gran selección de quesos suizos y franceses; una barra de sushi y el restaurante Del Gel al Foc, el espacio gastronómico del hotel.

Casa Irene es otro establecimiento singular, situado en Artíes, el que es probablemente el pueblo con más encanto del valle. Entre sus casas de piedra y torrenteras sonoras que conducen el agua del deshielo, Irene abrió en 1974 un establecimiento con mucho encanto. Un hotelito suficientemente pequeño para que fuera rentable, pero con una dimensión que permite cuidar con mimo a cada uno de sus huéspedes. Pero Casa Irene es un hotel con un buen restaurante, o un atractivo restaurante en el que poder alojarse.

Entre sus especialidades más demandadas, su canelón de oca de Gers con confitura de tomate, el foie gras salteado con papas violetas asadas, un marvilloso huevo de corral y trufas, o un gran y majestuoso jarrete de ternera con manzana caramelizada. Muy conseguido también el lechón con agridulce de miel de acacia, y jugoso y en su punto un gran corte de carne de vaca alpina con salsa bordalesa. Al gallo de corral, al que acompañan con peras de invierno, le saben sacar todo su potencial. Además disponen de un menú degustación muy atractivo para conocer la cocina de Casa Irene a fondo.

Taberna Urtau es la otra opción en Artiés. En este caso en un formato mas informal, pinchos al más puro estilo vasco. Una historia que comenzó en el lejano 1963, con un puñado de pinchos entre los que se encontraba una buena tortilla, caracoles y callos; ha completado una enorme barra con más de setenta tipos de pinchos distintos y una propuesta de sopas reconfortantes, buenas hamburguesas y varios tipos sartenes de huevos de corral. Su terraza cuando el tiempo lo permite es muy agradable.

En pistas el Lounge de Moet&Chandon para tomar una copa de buen champán en pistas y 5J para disfrutar de una buena ración de jamón ibérico de bellota.

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