Venecia es brutal, diferente y única. Esa combinación de canales y agua, góndolas y vaporettos, fachadas desconchadas unas, de colores otras y palacetes regios de impresionante factura, los más. Impresionantes las manos esculpidas por Lorenzo Quinn que en un intento por mantener a flote la ciudad sujetan la fachada del Palacio Ca Sagredo. Terrible ironía que con enorme belleza plástica denuncian la situación de una ciudad que se ahoga por el constante aumento del nivel de sus aguas, y por las legiones de turistas que ocultan y hacen desaparecer tras de sí la magnitud de una belleza descomunal e inimitable.
A primera hora de la mañana, muy temprano, cuando no son siquiera las 7, cuando Venecia todavía duerme apurando los últimos sueños y el Puente Rialto se muestra solitario y virgen de turistas. A esa hora, los puestos del mercado Rialto comienzan a desperezarse. Bajo la arcada de la Gran Logia s reparten docenas de cajas de pescado fresco que los propios pescadores entregan a los encargados de cada uno de los puestos entre voces, saludos y bromas que no se entienden. En el otro lado, la verdura y la fruta, ordenada bajo los amplios toldos iluminan de colores la calle.
Es obligatorio recorrer las estrechas vías de agua que se abren a uno y otro lado del Gran Canal; pero Venecia es mucho más que eso. No dejen de visitar El Palacio Venier dei Leoni, sede del Museo Gunggeheim, donde siempre encontrará exposiciones interesantísimas. Acérquese a la librería Marco Polo, la sucursal situada en Giudecca que poseé un interesantísimo fondo editorial propio e independiente y una completísima selección de libros de viajes, imprescindibles para conocer mejor la ciudad y ¿por qué no? programar su próximo viaje.
El Hotel Gritti Palace es junto al Hotel Danieli el sitio más buscado por turistas con poder adquisitivo. Si no puede permitirse una suite al menos disfrute de una cena en el restaurante Club del Doge, en su privilegiada terraza, situada justo sobre el Gran Canal con vistas sobre la iglesia de Santa María della Salute y el Palacio Venier dei Leoni, donde se encuentra el Museo Guggenheim. Reserve una mesa. Merece la pena. El chef Daniele Turco ofrece un menú degustación de seis platos gratuito. Los 180€ son por disfrutar de las mejores vistas de la ciudad de Venecia y casi del mundo durante más de dos horas. En una iglesia desacralizada se abrió el año pasado el primer club clandestino de la ciudad. Un lugar super exclusivo, con aforo para 25 personas. Llame para reservar y pida la contraseña.
La mejor opción es hospedarse en El Hotel Oltre Ilgiardiano, lo más parecido a estar en su propia casa. Es mucho más que en un hotel. Ubicado en el centro de Venecia, se puede disfrutar de esta gran casa que perteneció a la viuda del compositor Mahler. Una dama de admirable belleza que disfrutó de numerosos amantes y se retiró a la privacidad de su jardín. Descubra la tranquilidad del jardín tomando una copa al atardecer.
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