Marcas de moda

Por qué Balenciaga vende una bolsa del estilo de Ikea por más de 1.700 euros

Las personas con alto poder adquisitivo experimentan con objetos y complementos de aparente bajo coste, pero sin perder los rasgos distintivos de la alta cultura.

Balenciaga
El bolso azul de Balenciaga

Todo el mundo conoce, o incluso tiene en casa, la mítica bolsa azul del Ikea. De plástico, resistente y de gran capacidad, es un clásico que sirve desde para llevarse a casa accesorios y muebles pequeños de este gigante sueco hasta para hacer la mudanza o incluso la compra, usarla en viajes... En resumen, es todoterreno y muy práctica. 

Tan conocida es la bolsa azul del Ikea que hasta marcas como Balenciaga, no sin polémica, la han replicado. Esta marca de origen español, fundada por Cristóbal Balenciaga, comercializó en 2017 una bolsa de gran capacidad y de un estilo muy parecido por 1.700 euros (o 2.000 dólares). 

Esta firma no es la primera lanzar un producto de este estilo al mercado. ¿Qué estilo, se preguntará el lector? Pues el de inspirarse en productos accesibles, típicos de la gente corriente sin tantos ceros en la cuenta del banco, para lanzar nuevas líneas tanto de moda como de gastronomía, otro ámbito en el que se puede ver esta tendencia. 

Moda 'low cost' con alta costura

En lugar de lanzar un nuevo producto de lujo o crear nuevos gustos de alta gama, un número cada vez mayor de marcas prestigiosas y celebridades están adoptando modas y artículos de la llamada 'gama baja' (accesible, como sinónimo), según explican desde la revista Harvard Business Review.

Silvia Bellezza y Jonas Berger explican en un artículo redactado para esta publicación que "los ricos necesitan formas alternativas de señalar su prestigio y poder". "En una sociedad en la que los artículos de lujo tradicionales, como las icónicas bolsas con el monograma de Louis Vuitton o el número 5 de Chanel, se han generalizado y han llegado a calar en las clases no tan pudientes, las élites experimentan con el mundo de la moda para seguir demostrando su status y su poder adquisitivo", argumentan. 

La nueva manera de hacerlo es experimentar con la llamada cultura lowbrow y los productos propios de la cultura popular y las clases sociales menos adineradas. Eso sí, sin perder su status y sin dejar de lado los detalles que marquen su alto poder adquisitivo. 

El bolso de Balenciaga inspirado en la bolsa azul del Ikea es buen ejemplo de ello, pero no el único. Sarah Jessica Parker, que fue vista en un mercadillo de ropa buscando gangas y prendas únicas de estilo vintage en Italia, viste este tipo de prendas a conjunto con unos tacones Louboutin de miles de dólares. Timothée Chalamet, que llevó una clásica chaqueta bomber en la alfombra roja de los Óscar, lo hizo decorándola con platino, rubíes y un broche Cartier de diamantes. 

La lógica es, en otras palabras, mezclar y combinar productos de alta costura con prendas de inspiración convencional o incluso sacadas de marcas y líneas más populares es la nueva tendencia entre las élites para jugar con la moda, pero seguir distinguiéndose de la gente que no tiene un poder adquisitivo tan elevado. Esta es la razón de ser de la bolsa Ikea de 2.000 dólares de Balenciaga.

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