China quiere cubrir sus carreteras con paneles solares (y es una gran idea)

  • El gigante asiático ha estrenado una autopista trazada con unos paneles solares especiales que generan energía eléctrica
La autopista está abierta a la circulación convencional / Pavenergy
La autopista está abierta a la circulación convencional / Pavenergy

China produce ya tres cuartas partes de los paneles solares de todo el mundo y es uno de los mayores fabricantes turbinas eólicas, pero su apuesta por las energías renovables va a un más lejos, y uno de sus proyectos es especialmente ambicioso.

Se trata de una autopista cubierta de unos paneles solares especiales que reemplazan al asfalto, que se puede recorrer ya en Jian, en la provincia de Shandong. A diferencia de otros proyectos, como la carretera-Scalextric inaugurada en Suecia, estos paneles no están pensados para recargar las baterías de los coches (algo que se está estudiando, pero como una aplicación futura), sino para aprovechar la red de autopistas para generar energía.

El potencial de construir carreteras con paneles solares es enorme. Generar electricidad en carreteras y calles, en lugar de campos y desiertos llenos de paneles solares, podría ahorrar mucho terreno, algo fundamental en China, un país superpoblado donde la demanda de energía ha aumentado rápidamente. Pero sería algo útil en todo el mundo, pues, dado que las carreteras atraviesan y rodean todas las ciudades, la electricidad podría utilizarse prácticamente al lado de donde se genera, sin perder energía en la transmisión del tendido de uno a otro lado.

Como es lógico, construir una carretera con estos paneles solares es más caro que hacerlo con asfalto convencional. Su precio será de entre 310 y 460 dólares el metro cuadrado cuando los paneles se construyan de manera masiva, mientras que el asfalto está en torno a los 120 dólares. Ahora bien, según sus inventores, los paneles probablemente tendrán que ser reemplazados con menos frecuencia que el asfalto y, teniendo en cuenta que cada metro cuadrado produce alrededor de 15 dólares de electricidad al año, la carretera podría financiarse a sí misma en aproximadamente dos décadas.

La carretera, además, tiene una serie de ventajas añadidas. Los paneles llevan unas tiras calefactoras eléctricas que pueden derretir la nieve que cae sobre ellas y cuenta con pequeñas bombillas led incrustadas en la superficie que pueden proporcionar señalización para dirigir a los conductores a las salidas o alertar sobre accidentes, obras u otros peligros.

El material aguanta el rozamiento de todo tipo de vehículos / Pavenergy
El material aguanta el rozamiento de todo tipo de vehículos / Pavenergy

Un desarrollo interesante, pero que tardará en expandirse

La tecnología presentada en Jian está siendo desarrollada por dos compañías: Pavenergy, que construye los paneles, y Qilu Transportation, una gran empresa estatal de construcción y administración de carreteras que opera la autopista donde se ha instalado la nueva tecnología.

Pero no solo en China se está explorando con esta posibilidad. La compañía francesa Colas, un gigante de la construcción de carreteras que ya ha construido 25 carreteras solares experimentales, principalmente en Francia, pero también en Canadá, Japón y los Estados Unidos. Pese a esto, la mayor de las carretas solares de Colas, un camino rural en Normandía que se inauguró hace un año y medio, tiene solo la mitad del área de superficie de la nueva carretera solar en Jinan.

La empresa francesa ha sido además reacia a colocar paneles solares en carreteras de alta velocidad como la autopista china, debido a problemas de seguridad, unos problemas que las empresas chinas no contemplan respecto a sus paneles.

Ambas compañías tienen que lidiar, no obstante, con otros problemas similares. Para empezar, aunque ahorran espacio, las carreteras solares son menos eficientes que los paneles convencionales. Su posición depende del trazado de la carretera, pero normalmente están situados en horizontal, por lo que aprovechan menos la luz del sol. Además, están cubiertos intermitentemente por vehículos, por lo que, se calcula, producen solo la mitad de la potencia que los paneles convencionales, orientados hacia el sol.

Está por ver, además, que aguanten determinadas pendientes y el rozamiento adicional que se produce en curvas o cambios de rasante. La carretera china, no obstante, se ha construido en un tramo nada favorable: en una larga curva en la pendiente de una colina. En un principio los ingenieros preferían instalarla en un sitio en el que la erosión fuera menor, pero este era el punto más cercano a una subestación de electricidad y China tiene tantos proyecto de energía solar y eólica en desarrollo que aquellos que están más alejados de la red pueden tardar años en conectarse.

La parte buena del asunto la resume Li Wu, presidente de Pavenergy, en The New York Times: "Si puede pasar esta prueba, puede adaptarse a todas las condiciones”.

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