Cinco puntos débiles que hacen que los más inteligentes saboteen su éxito

  • A veces, cuando las personas dotadas intelectualmente no logran todo lo que quieren, es porque se están debilitando sutilmente 
El autosabotaje es frecuente entre la gente muy dotada. / Pixabay
El autosabotaje es frecuente entre la gente muy dotada. / Pixabay

La inteligencia es imprescindible para ser un buen empleado, pero no lo es todo. A veces, los intelectualmente desarrollados dejan de lado ciertos aspectos al saberse a la cabeza del 'ranking' de los más inteligentes. Esto, en ocasiones, puede traducirse en una devaluación en su carrera al éxito.

Alice Boyes, psicóloga clínica que se convirtió en escritora, detalla en un artículo para 'Harvard Business Review'  las principales debilidades que pueden hacer de una persona excepcionalmente inteligente, un trabajador estanco.

“La inteligencia en bruto es, sin duda, un gran activo, pero no lo es todo. A veces, cuando las personas dotadas intelectualmente no logran todo lo que quieren, es porque se están debilitando sutilmente”, dice Boyes. “Si te encuentras en esta situación, la buena noticia es que en cuanto detectes estos puntos débiles, podrás cambiarlos”, añade. Os dejamos estos 5 puntos débiles para los más inteligentes.

1. La devaluación de la construcción de relaciones

Las personas que son muy inteligentes tienden a ver su éxito como algo inevitable. Creen fehacientemente en su intelecto y no consideran que otras habilidades sean importantes o tan siquiera necesarias.

“Los niños brillantes generalmente reciben bastante refuerzo a lo largo de sus vidas sobre lo valiosa que es su inteligencia. Y durante su escolarización, experimentan que el éxito les llega más fácilmente que a otros. Es fácil entender por qué, como resultado, continúan enfocándose en su intelecto cuando son adultos”, dice Boyes. Pero en los lugares de trabajo, se necesita mucho más que puro intelecto. Y la relación con tus compañeros es vital.

“Usa tus fortalezas para superar tus debilidades. Si eres bueno aprendiendo, puedes aprender las habilidades que no son tan naturales para ti. No necesitas un cambio de personalidad, solo necesitas un plan de juego y una actitud genuinamente constructiva”, aconseja Boyes.

2. La frustración del trabajo en equipo

Es uno de lo problemas más graves. Que una persona se sienta lastrado por el bajo intelecto del resto de componentes de su equipo, puede ser un problema. Suelen ser más rápidos que los demás procesando la información y asimilando conceptos. Si no se instruyen en esto, el trabajo en equipo puede ser para ellos desesperante.

“A las personas inteligentes a veces también les resulta difícil delegar debido a la sensación de que pueden hacer mejor una tarea (independientemente de que sea realmente cierto). Esto, además, es especialmente probable para aquellos que viven una racha perfeccionista”, dice Boyes.

Pero para todo hay una solución. Debes aprender a detectar tus reacciones internas y comprender de dónde vienen. Y también aprender a apreciar lo que una diversidad de mentes pueden aportan a un equipo.

Hay momentos en los que es mejor aclarar las ideas. / Pexels
Hay momentos en los que es mejor aclarar las ideas. / Pexels

3. La inteligencia como el súmmum de la autoestima

Esto puede repercutir en la capacidad de recuperación frente a cualquier desastre, que menguaría considerablemente. Y también invita a la evasión de distintas prácticas que puedan convertirse en amenazas para el individuo.

“Cualquier situación que provoque sentirse menos inteligente es experimentada como altamente amenazante. La persona inteligente puede incluso tratar de evitar esas situaciones, lo que finalmente frenaría a la persona”, asegura Boyes.

“Hay que tomar una visión objetiva de los beneficios de trabajar con personas que, en algunos aspectos, son más inteligentes que tú. Si te estás rodeando de personas inteligentes, está claro que estás haciendo algo bien”, dice Boyes. “Cuanto más te acostumbres a recibir críticas de personas que creen en tu talento y tus capacidades generales, más fácil será”.

4. Las personas inteligentes se aburren fácilmente

Si a la cualidad de inteligencia se le suma la curiosidad, es muy probable que una persona se aburra fácilmente si ejecuta las mismas rutinas laborales una y otra vez. El éxito que no viene de la creatividad, suele encontrarse en un nicho en el que acabas siendo un experto y repitiendo hasta la saciedad un conjunto de comportamientos.

Para Boyes la solución es esta: “Intenta tener una gran visión de cuánto vale la pena tolerar un poco de aburrimiento para obtener ganancias fáciles cuando se trata de tu éxito general. En lugar de intentar un cambio dramático, debes decidir cuándo tolerar períodos cortos (unos pocos minutos u horas) de aburrimiento puede tener un impacto muy beneficioso en su éxito”.

5. Reflexión como la solución a cada problema

Las personas más brillantes están acostumbradas a tener éxito a través de sus habilidades con el pensamiento, pero a veces pueden pasar por alto cuando un enfoque diferente sería el ideal o el más beneficioso.

“Considera cuándo otras estrategias que no son el pensamiento tienen más probabilidades de resultar exitosas. Cada vez que te encuentres rumiando (haciendo un pensamiento excesivo en tono negativo), interrúmpelo haciendo unos minutos de alguna actividad que sea absorbente (como un rompecabezas). Esta puede ser una estrategia sorprendentemente efectiva para salir del pensamiento negativo”, aconseja Boyes.

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